La fiesta de san Juan de la Cruz y el inicio del año jubilar con motivo del tercer centenario de su canonización y del primero de su declaración como doctor de la Iglesia nos sitúan ante una ocasión propicia no solo para recordar al Santo, sino para volver a él con mayor hondura, con una mirada más atenta y más exigente. Un jubileo no es un paréntesis conmemorativo, sino un tiempo de gracia para releer, para dejarse interpelar de nuevo por una figura cuya palabra y experiencia siguen descolocándonos.
Entre las muchas lecturas posibles, algunas ayudan a situar a Juan de la Cruz más allá de los esquemas habituales y a percibir mejor la originalidad de su experiencia espiritual. Proponemos la lectura de un ensayo que, treinta años después, sigue ofreciendo claves de interés para comprender su personalidad y su modo de vivir la relación con Dios y con los otros. Se trata del trabajo de la hispanista italiana Rosa Rossi, «Juan de la Cruz, una personalidad no patriarcal», publicado en 1995 en el volumen colectivo Hermenéutica y mística. San Juan de la Cruz, coordinado por José Ángel Valente y José Lara Garrido.
El interés de este trabajo no reside en una lectura polémica ni en la aplicación de categorías ajenas al siglo XVI, sino en una atención rigurosa a los textos y a la trayectoria vital de Juan de la Cruz. Rossi propone una interpretación que pone de relieve un modo de vivir la autoridad espiritual y la relación con Dios que no responde a los esquemas patriarcales dominantes, sino que los desactiva desde dentro, a través del vaciamiento, la discreción y el respeto por la libertad interior.
Ofrecemos el texto íntegro, disponible en Digicarmel, en este enlace
