Revista Cultura y Ocio

Juan Gil - Albert .- Himno al ocio

Publicado el 18 abril 2018 por Biblioteca Virtual Hispanica @BVHispanica
A veces cuando escucho de la sangre 
este claro rumor, cuando a mis labios 
fluye el ocio su oscura caballera 
como por una brisa sacudida 
por los mismos latidos de mi pecho 
y en esa tan divina intrascendencia 
un ser real, viviente, entre mis brazos 
paréceme tener, como en los ríos 
las tendidas laderas cuando sienten 
pasar una presencia inagotable, 
háblole como amigo de la dicha 
mensajero de paso por la tierra 
que ha doblado sus alas y descansa 
su pulmón de ventura en torno nuestro: 
fluye amoroso campo de la vida, 
fluye amor tu tesoro manifiesto, 
fluid, fluid, hermosas estaciones, 
los racimos, los frutos y las nieblas 
tras de las que se ocultan en otoño 
los frescos manantiales de la gracia. 
Fluye tiempo tu canto melodioso 
con tus breves espinas en los dedos, 
y tú melancolía y tú tristeza, 
cual pájaros oscuros que trinando 
hablan de Dios, fluid de la espesura, 
mientras duerme el mancebo aquí en mi cuerpo 
su poderosa noche. Fluya en tanto 
la prohibida selva que lo mece 
y haga visible el viento la pureza 
de mis instintos dueños ya del orbe. 
El está en mí me tiene coronado 
con su lánguida estela de laureles 
y oye dormido el paso de la vida 
en un humano corazón dichoso. 
Silencioso rebelde entre murallas, 
rápido es su temblor y su cansancio; 
pronto levantará su cabellera 
taciturna de hastío, y lentamente 
volará hacia las nubes y en cenizas 
anegará mis labios, como un vino 
de hiel se torna un dios cuando no ama. 
Paraíso perdido entre sus brazos 
que cual alas me nimban, id fluyendo 
deleites de los ojos, primaveras 
de errante paso antiguo, latitudes 
de lejanas nostalgias y columnas 
dulcemente quebradas por el viento: 
levantad la cabeza como flores 
mientras lícito goce nos depara 
el fatigado dueño de las cosas.

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