El escritor barcelonés Juan Goytisolo es el ganador del Premio Cervantes 2014. Esto es lo que ha determinado el jurado, presidido por José Manuel Caballero Bonald, quien ha querido destacar, según el fallo del galardón, “su capacidad indagatoria en el lenguaje y propuestas estilísticas complejas, desarrolladas en diversos géneros literarios”, “su voluntad de integrar a las dos orillas” y a la “tradición heterodoxa española” además de “su apuesta permanente por el dialogo intercultural”.
Juan Goytisolo vive desde hace años en la ciudad marroquí de Marraquech. Es muy amigo de Carlos Fuentes y es un escritor que une dos orillas. Un hombre en el que se puede confiar por su autenticidad”, ha dicho en el transcurso de la breve rueda de prensa la premio Cervantes del año pasado y miembro del jurado Elena Poniatowska.
El premio Cervantes, creado en 1976, se concede desde 1996 en años alternos a un autor español y a uno latinoamericano. Se trata del máximo galardón para la literatura en lengua castellana, se entrega en Alcalá de Henares el 23 de abril, en un acto que por primera vez presidirá este año el rey Felipe VI y está dotado con 125.000 euros.
La vida de Juan Goytisolo (Barcelona, 1931) quedó marcada, como las de sus hermanos y también escritores José Agustín y Luis, por la muerte de su madre, Julia Gay, víctima de los bombardeos italianos sobre Barcelona de marzo de 1938.
Ya en 1956 Juan Goytisolo se instaló en París, donde trabajó como asesor literario de la editorial Gallimard, influyendo en la traducción al francés de numerosas obras en lengua castellana y catalana. Entre 1969 y 1975 ejerció la docencia en varias universidades de Estados Unidos.
En 2012 declaró que había dejado atrás la narrativa, manteniendo su interés centrado en los ensayos literarios, la poesía y el articulismo.
Tras unas primeras novelas, como Juegos de manos (1954) y Duelo en el paraíso (1955), en que explora el mundo de la infancia y la adolescencia, Juan Goytisolo aborda el realismo social con títulos como el reportaje Campos de Níjar (1960).
Con obras como Señas de identidad (1966) y Reivindicación del conde don Julián (1970) se abre a la experimentación formal al mismo tiempo que Juan Goytisolo profundiza en la crítica de la tradición cultural español, que le lleva a la reivindicación de heterodoxos como el exiliado liberal José Blanco White o a interesarse intensamente por el mundo islámico. Juan Goytisolo abordó sus memorias en dos volúmenes, Coto vedado (1985) y En los reinos de taifa (1986).