Por M. H. Lagarde
El títere de Estados Unidos en Venezuela, Juan Guaidó, llamó este jueves a iniciar una ola de manifestaciones «definitivas» para empujar al mandatario Nicolás Maduro a dejar el poder.
Según declaró ante un grupo de periodistas, en la ilegal asamblea que él dirige, las manifestaciones del sábado, convocadas para las 11.00 (hora local, 1500 GMT), son el puntapié inicial «para reclamar definitivamente (…) libertad y la democracia».
«6 de abril inicio de la Operación Libertad. Inicio de una fase definitiva para el cese de la usurpación, donde todos somos en este momento actores del cambio», dijo.
Como señalamos antes, ya se sabe qué significa la palabra «manifestación» para el presidente venezolano elegido en la Casa Blanca: «guarimberos incendiarios en las calles atentando contra las fuerzas del orden en busca de un incidente, entre el gobierno legítimo y los delincuentes que le siguen, que le permita poner, otra vez sobre la mesa, la opción de la intervención militar».
De acuerdo con algunos datos filtrados, y hechos públicos por la periodista Argentina, Stella Calloni, en una reunión entre Guaidó y sectores de la oposición en la localidad de El Paraíso el pasado 28 de marzo, se informó sobre la «hoja de ruta» del plan golpista. Según la información, la definitiva acción comenzaría con una serie de sabotajes nuevos y ‘más efectivos’ incluyendo la llegada de especialistas —no vinculados con la oposición— para insertarse en sectores de la población y alentar acciones desestabilizadoras.
Como informó una nota de Withney Webb en la revista Mint Press New, traducida por Resumen Latinoamericano, los «especialistas» —probablemente, Fuerzas Especiales de Estados Unidos (SF) y la CIA— conformarían las «células de libertad» en todo el país, que se activarían este 6 de abril.
En su hoja de ruta Guaidó llama a los participantes a cargar cantidades gasolina que sería utilizada para incendiar todo aquello que para los golpistas represente al gobierno bolivariano como estaciones policiales, centros de salud, edificios y locales del gobierno.
En la mira de los terroristas figuran también «acciones contra el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), aislar instalaciones como el Fuerte Tiuna y destruir la termoeléctrica Tacoa utilizado armamento de guerra especializado», apunta Calloni.
Como si fuera poco, el plan incluiría también ataques a módulos policiales y de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) con morteros, armas de mayor calibre, granadas, bombas incendiarias y armas procedentes de Colombia.
Luego de la serie de fracasos que les ha propinado la resistencia heroica del pueblo venezolano, está claro que, a los supuestos «demócratas» que enfrentan la «dictadura», se les agotan las «opciones» y ya no encuentran forma de enmascarar, en sus manifestaciones, su definitiva condición de terroristas.