A raíz del anterior post, me envió un correo un lector haciendo varias observaciones al último artículo de Lucrecia Rego sobre el Papa Juan Pablo II y la Teología de la Liberación. Cumplo con publicarlas ya que siempre he dicho que no tengo los comentarios abiertos pero quien quiera hacer una objeción me puede escribir al correo del blog.
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1979
· Enero. Puebla. Juan Pablo II condena la «Teología de la Liberación», herejía de corte marxista que confunde la liberación política, económica y social, con la salvación en Jesucristo.
No es verdad que Juan Pablo II hiciera condena alguna de teología tal, en la Conferencia del CELAM en Puebla. Tan solo después de su viaje a Puebla esto dijo en Roma el 21 de febrero de 1979
"La “teología de la liberación” viene frecuentemente vinculada (alguna vez demasiado exclusivamente) a América Latina; pero es preciso dar la razón a uno de los grandes teólogos contemporáneos (Hans Urs von Balthasar), que exige justamente una teología de la liberación de alcance universal. Sólo los contextos son diversos, pero es universal la realidad misma de la libertad “con la que Cristo nos ha hecho libres” (Gál 5, 1). Tarea de la teología es encontrar su verdadero significado en los diversos y concretos contextos históricos y contemporáneos. "
http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/audiences/1979/documents/hf_jp-ii_aud_19790221_sp.html
como también no es verdad que la Teología de la LIberación ha sido condenada por el Papa Juan Pablo II, éste no habría dicho en Holanda en 1985: “No se ha condenado la teología de la liberación, sino que se han indicado una serie de errores y desviaciones de la auténtica teología de la liberación evangélica. El Papa ha indicado estos errores junto con los propios episcopados. Este servicio no es agradable a los ojos de los hombres y hace sufrir primero al que le toca hacerlo, pero es esencial a su servicio a la Iglesia, la corrección fraterna es un deber, y a mi me toca animar y consolar, corregir y confirmar, construir la unidad, sino no sería fiel al encargo recibido"
O no les hubiera dicho a los obispos brasileños un año después:
"Estamos convencidos Señores (Obispos), que la Teología de la liberación no solo es oportuna, sino útil y necesaria" Juan Pablo II, Carta a la Conferencia Episcopal de Brasil, abril de 1986
Sin mencionar que los dos documentos de la Congregación para la Doctrina de la Fe no son ninguna condena, sino orientaciones como el mismo Papa afirmó. Por ejemplo dichos documentos dicen.
"De ninguna manera podrá servir de pretexto para quienes se atrincheran en una actitud de neutralidad y de indiferencia ante los trágicos y urgentes problemas de la miseria y de la injusticia. Al contrario, obedece a la certeza de que las graves desviaciones ideológicas que señala conducen inevitablemente a traicionar la causa de los pobres. Hoy más que nunca, es necesario que la fe de numerosos cristianos sea iluminada y que éstos estén resueltos a vivir la vida cristiana integralmente, comprometiéndose en la lucha por la justicia, la libertad y la dignidad humana, por amor a sus hermanos desheredados, oprimidos o perseguidos. Más que nunca, la Iglesia se propone condenar los abusos, las injusticias y los ataques a la libertad, donde se registren y de donde provengan, y luchar, con sus propios medios, por la defensa y promoción de los derechos del hombre, especialmente en la persona de los pobres. "
Instrucción LIbertatis Nuntius
1984
· La CDF revisa la obra del teólogo de la liberación peruano Gustavo Gutiérrez por estar fuertemente influenciada por el marxismo.
Hay que recordar que el padre Fray Gustavo Gutiérrez nunca fue llamado a la Congregación para la Doctrina de la Fe, y que jamás fue acusada su teología por el Papa ni la Congregación de marxista.
· El polémico obispo brasileño, Dom Helder Cámara, es reemplazado por Mons. Cardoso Sobrinho, quien tuvo que hacer una profunda reestructuración de la diócesis enfrentándose a rebeliones por parte de maestros, sacerdotes y religiosas fuertemente influenciados por la teología de la liberación.
Una imagen vale mas que mil palabras:
Juan Pablo II siempre se refirió a Don Helder Camara como el obispo de los pobres, nada mas hay que recordar su viaje a brasil en 1980 y todos los encuentros que tuvieron a lo largo de su pontificado en donde el primero le mostró gran afecto y respaldo al segundo. Don Helder Camara, sin duda fue un santo al igual que Juan Pablo II, y algun día lo veremos canonizado también.
1991
· La Sede apostólica remueve de su cargo al obispo mexicano de Oaxaca, Mons. Bartolomé Carrasco Briseño, comprometido con algunos grupos extremistas de la Teología de la Liberación.
El legado de Don Bartolomé lo puedes encontrar en Oaxaca donde es muy venerado y querido su recuerdo.
1993
· Octubre 28. El Nuncio apostólico en México, Girolamo Prigione, anuncia la posible remoción de Mons. Samuel Ruiz de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas por sus ideas revolucionarias viciadas por la Teología de la Liberación y su franca rebeldía ante las amonestaciones anteriores.
Samuel Ruiz, no fue "destituído" por el Papa sino hasta que cumplió el límite de edad, luego de ser defendido por obispos y cardenales, como el Cardenal Roger Etchegaray, el Cardenal Robles Ortega, el Cardenal Corripio Ahumada, el Obispo Sergio Obeso, etc.
En San Salvador, Mons. Arturo Rivera y Damas, fallecido en 1995, inmediato sucesor y amigo de Mons. Romero (símbolo de la Iglesia latinoamericana de la liberación), es reemplazado desde Roma por un obispo con una línea totalmente diferente: Mons. Fernando Sáenz Lacalle, de origen español, miembro del Opus Dei.
El Papa Juan Pablo II, no tuvo mas que elogios con el Arzobispo Rivera y Damas.
De ellos así se expresó el Papa Juan Pablo II:
"Me alegro en el Señor al encontrarme con todos vosotros ante esta Catedral, tan estrechamente ligada a los gozos y esperanzas del pueblo salvadoreño. En ella descansan, esperando la resurrección, los recordados Monseñor Luis Chávez, prelado modelo de virtudes; Monseñor Óscar Arnulfo Romero, brutalmente asesinado mientras ofrecía el sacrificio de la Misa y ante cuya tumba recé en mi anterior Visita Pastoral; y ahora voy a rezar de nuevo, complacido de que su recuerdo siga vivo entre vosotros; Monseñor Arturo Rivera Damas, que entró en la eternidad después de haber visto despuntar en el horizonte la paz por la que, junto a los demás Obispos de El Salvador, había trabajado incansablemente. Estoy seguro de que ellos interceden por la Iglesia a la que amaron y sirvieron hasta el fin de sus días y a la que dejan un mensaje particularmente elocuente"
http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/speeches/1996/february/documents/hf_jp-ii_spe_19960208_pastorale-san-salvador_sp.html
· Mons. Claudio Hummes es nombrado sucesor del controvertido cardenal brasileño Paulo Evaristo Arns, exponente de punta de la Teología de la Liberación. El nombramiento del obispo, cercano al movimiento carismático y nombrado apenas dos años antes como obispo de Fortaleza, con la orden explicita de la Santa Sede de reorganizar la diócesis, desencadena una fuerte presión mediática, manejada por eclesiásticos, quienes exigían que se nombrara como obispo a uno de los obispos adjutores de Arns, el obispo de Mariana y ex presidente de la Conferencia Episcopal Brasileña, Mons. Luciano Mendes De Almeida.
El Cardenal Arns, también fue hombre cercano a Juan Pablo II, quien siempre le respaldó en sus actividades, es llamado en Brasil el Cardenal de los Derechos Humanos, por su defensa de los mismos en los tiempos de la dictadura
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Los años siguientes al surgimiento de la teología de la liberación (década de los años 70), vieron surgir varias teologías de la liberación tales como la teología de liberación indigenista, la teología de la liberación negra, la teología de la liberación feminista (y aún otras más), contribuyendo así a que muchos prefieran hablar (como también lo hace la Instrucción Libertatis Nuntius), de “teologías de la liberación”, en plural.
También la Iglesia católica tiene una teología de la liberación enseñada por el Magisterio y basada en la interpretación católica del Evangelio. En Abril de 1986, El Papa Juan Pablo II, en carta al episcopado brasileño afirmaba: “la teología de la liberación es conveniente y necesaria”. Es más, el Papa animaba y recomendaba en la carta a los obispos de aquel país, la tarea de difundirla y cuidar de su pureza. Podría decirse además, si consideramos a los más renombrados autores y teólogos que tratan el tema de la teología de la liberación, que cada uno de ellos tiene una interpretación propia de lo que es esta teología y entre los cuales se pueden identificar dos grupos principales: Un primer grupo son aquellos que se identifican, más, otros menos (si bien no lo expresen abiertamente), con la ideología marxista. El otro grupo de teólogos, es el que está en correspondencia con la doctrina evangélica del Magisterio católico y que se apoya en los postulados de la Doctrina Social Cristiana. (Rodrigo Correa Angel)
La Libertatis Nuntius dice claramente "El presente documento sólo tratará de las producciones de la corriente del pensamiento que, bajo el nombre de «teología de la liberación» proponen una interpretación innovadora del contenido de la fe y de la existencia cristiana que se aparta gravemente de la fe de la Iglesia, aún más, que constituye la negación práctica de la misma."
Y además dice la Libertatis Nuntius que "hay una auténtica «teología de la liberación», la que está enraizada en la Palabra de Dios, debidamente interpretada".
Todo el Antiguo y Nuevo Testamento está lleno de alusiones a la predilección que siente Dios por los pobres. El Deuteronomio enseña: "Porque nunca faltarán pobres en tu tierra; por eso te ordeno, diciendo: Con liberalidad abrirás tu mano a tu hermano, al necesitado y al pobre en tu tierra." Es una exigencia evangélica ayudar a los más necesitados. Por eso la Iglesia no puede condenar un movimiento o una tendencia en la Iglesia que se dedica a acompañar y aliviar los sufrimientos de los pobres, lo que SI puede, y debe, y ha hecho JPII, es señalar sus errores y desviaciones para que sea corregido, purificado, a la luz del evangelio, tal como lo ha hecho la Libertatis Nuntius.
Conclusión: "hay una auténtica «teología de la liberación», la que está enraizada en la Palabra de Dios, debidamente interpretada" y que tiene como fundamento el Magisterio y la Doctrina Social de la Iglesia y hay otra teología de la liberación "que se aparta gravemente de la fe de la Iglesia, aún más, que constituye la negación práctica de la misma" (indigenista, negra, feminista, marxista).