Revista Opinión

Juana la Loca, la cautiva en Tordesillas (Manuel Fernández Álvarez)

Publicado el 09 agosto 2018 por Carlosgu82

Hace apenas tres días que me terminé de leer este libro, por eso, y antes de que se me pase como me pasa con otros tantos, quiero hablaros de él.
Siempre he tenido curiosidad por la historia sobre Juana la Loca, pero sinceramente hasta ahora no ha sido que me ha dado por comprarme un libro que realmente se adaptara a lo que fue su vida desde que nació hasta su muerte, es una mujer que pasó a la historia no por sus logros, sino por esos enfermizos celos hacía su marido Felipe el Hermoso.
Así que después de buscar unos cuantos libros sobre ella en la red, me decidí por este porque las críticas eran muy buenas, pero tiene sus cosas también negativas, las cuales más tarde os las diré, no es un libro que se diga que es perfecto.

==Ficha del libro==

Autor: Manuel Fernández Álvarez.
Título: Juana la Loca, la cautiva de Tordesillas.
Nº de páginas: 336.
Encuadernación: tapa blanda.
Precio: 9.45€.
Editorial: Austral.
Idioma: español.
Género: Histórica.
ISBN: 978-84-670-3457-8

==El autor==

Manuel Fernández Álvarez nación en 1921 y murió hace seis años, en el 2010.
Fue miembro de la Real Academia de la Historia, profesor emérito de la Universidad de Salamanca y del Colegio Libre de Eméritos y también reconocido por sus estudios históricos sobre la Edad Moderna.
Dedicó más de sesenta años al estudio sobre el siglo XVI, y fruto de ellos son sus libros Política mundial de Carlos V y Felipe II (Premio Patronato Menéndez Pelayo del CSIC), su obra magna Carlos V, el césar y el hombre (VI Premio Don Juan de Borbón al libro del año en 2000), el monumental Corpus documental de Carlos V (Salamanca, 1973-1981) y el de los títulos Isabel la Católica; Felipe II y su tiempo; Juana la Loca. La cautiva de Tordesillas; Jovellanos, el patriota; El fraile y la Inquisición; Casadas, monjas, rameras y brujas; Sombras y luces en la España imperial; Cervantes visto por un historiador (Premio Quijote del Año de la Sociedad Cervantina de Esquivias y Premio de Ensayo y Humanidades Villa de Madrid 2006), El duque de hierro y España. Biografía de una nación (2010).
En el año 2001 recibió el Premio Ciencias Sociales de la CEOE, y en el año 2007 vio la luz su Diario de un estudiante en tiempos de la guerra civil.
Fue galardonado con la Medalla de Oro de la Ciudad de Salamanca y con el Premio de Ciencias Sociales de Castilla y León.

==Argumento==

Desde pequeña, Juana ha sido una mujer que sufrió mucho, primero fue separada de sus padres y fue enviada a Flandes para unirse en matrimonio con Felipe el Hermoso, y después entra ante una gran depresión inducida por los celos y culminada por la muerte de su esposo al que tanto amaba a pesar de todo lo que la había hecho sufrir; pero no todo fue esa depresión, sino que también fue víctima de todos aquellos que ansiaban el poder, ya que a la muerte de su madre iba a ser la reina de la Monarquía más poderosa de su tiempo.
Desde la muerte de Isabel la Católica, Juana fue una sombra, primero por su marido, y después por su padre Fernando el Católico, quien la recluye en el palacio de Tordesillas como si fuera una prisionera, y cuando éste muere, su propio hijo Carlos V mantiene esa situación y no hace nada para remediarlo.

Pero realmente… ¿Juana estaba loca de amor? ¿Fue víctima de una conspiración y recluida injustamente? ¿Sí en vez de Juana hubiera sido Juan, le hubiera ocurrido lo mismo que a ella?

==Personajes==

Esta vez os voy a hablar de los personajes como siempre lo hago, pero no os los voy a descubrir uno a uno como suelo hacer en mis reseñas, creo que todo el protagonismo tiene que ser para Juana, para mí el personaje principal de este libro, aunque sin los otros, su vida no hubiera sido de aquella manera y ahora mismo quizás estuviéramos hablando de una gran reina, quizás más que su propia madre, pero no la dejaron ni siquiera poder ponerse al frente del mando, algo que por ley la correspondía, así que en vez de ser la reina todopoderosa como lo había sido su madre Isabel la Católica, fue la gran dominada, la cautiva del poder y la prisionera de Tordesillas.
Cómo comentaba anteriormente, entre su marido, su padre y después su hijo, hicieron de ella una reina de papel, un rostro sin voz y una figura hundida en el cautiverio, y eso no duró algunos meses, o algunos pocos años, sino que duró más de medio siglo, ya que la muerte de su madre fue el 26 de noviembre de 1504 y la hubiera convertido en Reina de Castilla, y Juana no murió hasta el 12 de abril de 1555, todos esos años cautiva, en una habitación sin luz, sin ventanas, tan solamente con unas velas encendidas.

Tuvo seis hijos en una época donde la mortandad infantil era terrible, pero no solamente logró que sobrevivieran sus seis hijos, sino que los vio a todos coronados: los hijos varones, Carlos V y Fernando I, ambos fueron emperadores, uno tras otro, y las cuatro hijas, cuatro reinas: Leonor, Reina de Francia; Isabel, Reina de Dinamarca; María, Reina de Hungría, y Catalina, la hija póstuma de Felipe el Hermoso, la niña más amada de Juana, Reina de Portugal.

De pequeña, con quien ella jugaba más era con sus dos hermanas pequeñas, María y Catalina, sin embargo, con Isabel poco jugaron juntas.
Su receptor fue el humanista Alejandro Geraldino, al que debió su gran conocimiento del latín y la formación humanista que alabaron hombres tan destacados en la época como Luis Vives.
También tenía unas grandes condiciones para la danza y para la música, tocaba el clavicordio con cierta gracia.
Lo único que no aprendió en la corte castellana fue el francés, pero porque allí no se enseñaba ese idioma, pero llegó a dominarlo en la etapa de su vida en la que vivió años también de aislamiento en los Países Bajos, cuando se convirtió en condesa de Flandes al casarse con Felipe el Hermoso.

Para su madre Isabel no fue una de sus preferidas, pero como cualquier madre a su hijo, la quería mucho, pero el problema es que nunca llegó a entenderla y a dirigirla, quizás porque también desde muy pequeña, tan solamente tenía 16 años cuando la enviaron a Flandes, y esa lejanía hizo que no la pudiera conocer bien.
Isabel la Católica también era una mujer muy celosa, ya que es sabido que Fernando el Católico la era infiel en cuanto podía, por eso Juana, vivió todo eso en la corte, cuando vivía con sus padre, esos arranques de celos de su madre los vivió muy de cerca, de todas formas, su abuela, Isabel de Portugal también pasó por lo mismo que Juana, pero de distinta manera, ya que fue ella la que tras quedarse viuda se encerró en el Castillo de Arévalo con cuarenta y dos años, pero a Juana la encerraron y siendo muchísimo más joven.
Se dice que es impresionante el paralelismo que había entre la abuela y la nieta, porque ambas fueron reinas que enviudaron muy jóvenes y que arrastraron una larguísima viudez durante casi medio siglo, en una situación de enajenación mental y en lugares apartados del Reino.

En su época en Flandes, Juana ya tenía una conducta cada vez más extraña, se abandonaba al cuidado de su cuerpo, rehuía el trato de la gente, incluso descuidaba sus deberes religiosos, todo esto era algo que empezó a inquietar a los Reyes Católicos, pero por muy preocupantes que eran las noticias que llegaban de allí, los Reyes Católicos estaban asumidos en una gran tristeza porque su primogénica Isabel, murió al dar a luz a su hijo Miguel, del cual los reyes se hicieron cargo, y él iba a ser el futuro rey, pero la muerte se cebó otra vez con ellos y el príncipe también murió a los pocos meses de nacer, una muerte que alegró mucho a Felipe el Hermoso, porque ellos se convertirían en los Príncipes de Asturias.

Felipe el Hermoso era un hombre poco afectivo y muy mujeriego, pero era algo que no escondía, fue el hombre que hizo calmar los fuegos internos de Juana y también quien la destrozó, cuando él murió, Juana tan solamente tenía 26 años, y fue su padre quien la incapacitó “por su falta de seso”, para él seguir al cargo de todo.
Pero la pobre chica, enloquecida por la muerte de su marido, no consiente que se le entierre, y hace transportar su cadáver de pueblo en pueblo, cabalgando por las noches con el frío gélido del invierno de la meseta, alumbrado el cortejo por los hachones de los guardas, mientras lo clérigos entonan sus tristes rezos fúnebres, pero… ¿Esto es leyenda o realidad? Pues es no es ninguna leyenda, es la triste realidad de esta reina que nunca reinó porque no la dejaron, todo esto se conoce muy bien por los relatos de los cortesanos que siguieron a la Reina en aquel desvarío suyo.

Al poco tiempo de morir Felipe el Hermoso, Enrique VII de Inglaterra al enterarse de que estaba viuda, entró en negociaciones para convertirla en su esposa, pero esas negociaciones no se lograron, no era un hombre que precisamente le gustara a Juana, aparte de que era una mujer que le gustaba, también era una mujer joven y que engendraba con suma facilidad niños sanos y robustos, por lo que era una condición muy alabada en las Cortes regias, siempre agobiadas por el problema de la sucesión.
Además, era una chica culta y bella, la más atractiva de los hijos de los Reyes Católicos, la que mejor parecía haber asimilado la educación humanista de la Corte de Isabel, con su facilidad para los idiomas y con su especial inclinación hacia la música, por lo que era un buen partido para cualquier hombre de la Corte regia.

Por lo que pasó Juana, parece ser que venía de familia, ya que María de Hungría, hija de ésta, pasó por un proceso parecido al de su madre, también se quedó viuda muy joven, a los 21 años del rey Luis II de Hungría de quien estaba tan profundamente enamorada.
Había sido nombrada en 1531 por su hermano, Carlos V, Gobernadora de los Países Bajos; pero dos años después cae en una grave depresión, y es incapaz de superar la muerte de su marido, por lo que se ve sometida a una fortísima presión.

==Opinión personal==

Llegado a este punto, tengo que deciros que es un libro que me ha gustado bastante, también es verdad que me esperaba algo más, pero ya el comienzo me pareció un poco inapropiado el hecho de que nos hable de la brujería de aquella época, de las brujas y demás, quizás habla de ello porque Juana murió entre fantasmas y creyéndose víctima de brujería por las personas que estaban a su cuidado, las tenía por brujas.
Pero de todas formas, es un apartado, como otros tantos que vienen al final, que no me acaban de convencer, hay muchas páginas que sobran en el libro, y que siento que están ahí de relleno, creo que muchas de esas páginas habrían sobrado, al menos es mi parecer y mi impresión.
El libro cuenta con 336 páginas, de las cuales si quitamos la introducción, el prólogo y después al final otras tantas páginas en las que vienen la Bibliografía, la Cronología, un Apéndice documental, un Epílogo a la primera edición en Austral, y el Índice onomástico y de obras, pues la biografía de Juana se queda en nada, por eso os digo que sobran muchas páginas y si a eso le añadimos los dos primero capítulos que nos hablan de la época y de la Re Magia, pues lo que os digo, muchas páginas de relleno.

He de reconocer que aunque conocía más o menos la historia de esta chica, al leer este libro me he dado cuenta que no sabía casi nada sobre ella, la pobre sufrió desde los dieciséis años y después ha sido un sufrimiento constante, primero por la lejanía de las Cortes y de sus padres, a los que necesitaba y por los que lloró mucho en Flandes, después por los ardientes celos que sentía por su marido, era una mujer muy ardiente y su marido no siempre la calmaba ese ardor, pero sí lo hacía con otras mujeres de la Corte sin esconderse y sin problema alguno de que su mujer estuviera al tanto de todo.
A partir de ahí fue todo sufrimiento, la única ilusión fue su hija Catalina que nació después de morir su marido y ya cautiva la tuvo, y vivió con ella hasta que también se fue, otra vez que cayó en depresión.
¿Pero realmente se volvió loca por amor? En mi particular opinión no lo creo, aunque después de muerto su marido no quería ver a ninguna mujer al lado de su féretro ni tampoco a su lado, pero lo único que la pasó fue que entró en una gran depresión de la cual no supieron curarla o no les interesó, y lo mejor fue meterla cautiva, ya que suponía un estorbo, así hasta que murió entre cuatro paredes, con la única luz de las velas, y no solamente eso, sino que el Marqués de Denia fue todo ese tiempo su carcelero y la hizo la vida imposible, no solo a ella, sino también a Catalina, entre él y su mujer que se aprovecharon de la situación, a Juana no la dejaban ni salir a los corredores, algo inhumano, pero Juana, cuando murió su marido y durante todos esos años pensaba bien y hablaba de la misma manera, sin ninguna enajenación mental como su padre quiso hacer ver, podría haber estado al frente del reinado perfectamente.

Aparte de todo lo que os he comentado sobre las páginas que sobran, tengo que decir que es un libro que está muy bien escrito y que el autor estaba muy bien documentado a la hora de escribirlo, porque nos pone fragmentos escritos de puño y letra de todos ellos.
El libro es todo narración, no hay ni un solo diálogo, a veces hay libros que sin diálogos se hacen bastantes pesados, pero a mí este para nada se me ha hecho pesado, todo lo contrario, me hubiera gustado saber más sobre ella, pero también es verdad y como comenta el autor, no es una biografía muy larga la de esta mujer, no hay mucho por lo que escribir de ella, por lo cual es normal que el libro sea tan pequeño.
Es muy fácil de leer y se lee rápidamente, para mí no ha tenido ninguna dificultad y estaba esperando encontrar un ratito para seguir con él.
Así que para terminar con la reseña, tengo que deciros que es un libro que os recomiendo y que a los que os gusta la historia, os va a gustar bastante, aunque realmente, la historia de Juana la Loca, es impactante y triste, muy triste, y no era una loca de amor como nos han querido dar a entender, sino que fue víctima de una conspiración y víctima del poder.


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