Revista Comunicación

Judas y el mesías negro -el poder está en el pueblo

Publicado el 29 marzo 2021 por Jorge Bertran Garcia @JorgeABertran
JUDAS Y EL MESÍAS NEGRO -EL PODER ESTÁ EN EL PUEBLO
Daniel Kaluuya está soberbio en la película Judas y el mesías negro, interpretando al líder de las Panteras Negras, Fred Hampton, a finales de los años 60. ¿Cómo se recrea el carisma de un revolucionario? Los discursos de Hampton -inspirados en Martin Luther King y Malcolm X- que Kaluuya proclama en la película encienden la sangre del espectador, permitiéndonos entender en 2021 cómo alguien puede dejarse llevar por lo que hoy más de uno considerará radicales. Kaluuya está nominado al Oscar 
y desde luego merece llevarse el premio de la Academia por este personaje que, desde el mismo título del film, es presentado con obvias connotaciones mesiánicas. Ante él, otro actor soberbio, el 'Judas' de este Nuevo Testamento negro, el auténtico protagonista de la cinta, LaKeith Stanfield, como Bill O´Neal, quien se infiltró en las Panteras Negras para informar al FBI. Stanfield, también nominado al Oscar como actor secundario, se muestra muy capaz de expresar la ambigüedad, la duda y el miedo de cualquier ser humano -con sus luces y sus sombras- dividido entre lo que es justo y el poder. El agente federal que se encarga de atraer a O´Neal hacia el 'lado oscuro', hacia el racismo y el terrorismo de Estado que ejerce Edgar J. Hoover (Martin Sheen) es Roy Mitchell, al que da vida el siempre estupendo Jesse Plemons. No penséis que Judas y el mesías negro es solo una película con grandes interpretaciones, porque  estamos ante una obra apasionante, rabiosa, que no se agota en el tema racial -y eso que en los años sesenta, en Estados Unidos, los afroamericanos libraban una guerra por defender sus derechos civiles más elementales- sino que se fija en la desigualdad que oprime a negros, latinos y también a los blancos. El director Shaka King se revela como una mirada a tener en cuenta en esta absorbente crónica histórica, muy capaz de plasmar aquellos años convulsos y de expresar la tensión, el miedo y la violencia, pero también la esperanza de un cambio. Una de las mejores obras del año, nominada al Oscar a la mejor película, al mejor guión original, mejor banda sonora y mejor fotografía.

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