Este deporte, juego, ciencia y arte, como lo define el gran maestro, mantiene adeptos desde que apareció, hace unos 15 siglos. 'Creo que ha perdido un poco de furor al no haber una rivalidad tan clara como tenían Karpov y Kasparov pero también tiene que ver que hoy en día hay muchas opciones para entretenerse', apunta. Y es que, con más o menos difusión, el ajedrez no pasa de moda y se mantiene fuerte en tiempos de crisis ya que por menos de 10 euros se puede uno hacer con un tablero y unas fichas y disfrutar de él en cualquier parte.
Lo puede hacer cualquiera puesto que no hay perfiles definidos pero conviene tener paciencia y una gran capacidad para adelantar acontecimientos. Y eso, 'se aprende más rápido en una escuela', pero como recuerda el gran maestro de apenas 36 años, 'si se quiere llegar alto uno tiene que estudiar y pensar por sí mismo'. Jugar en equipo, esa es la línea que hay que cruzar para pasar de mover fichas a jugar al ajedrez. Algo que a Juan le pareció 'muy difícil' en su momento. Hoy en día y con varios años de clases a sus espaldas, cree que el problema está en 'mejorar alcanzado cierto nivel'.
Si no quiere emular a los Karpov, Kasparov, Fischer y compañía pero tiene gusanillo por este juego de fichas blancas y negras no dude en probarlo puesto que desde la primera partida se empieza a 'sentir curiosidad por las diferentes estrategias', comenta el profesor. Análisis, igualdad, sociabilidad son algunas características que comentan los alumnos sobre un juego por el que es fácil sentirse 'enganchado'. Y recuerden, 'el ajedrez, como en la vida, la mejor jugada es siempre la que se realiza' decía el doctor Siegbert Tarrasch. www.elmundo.es