Revista Comunicación
"Sinsonte" es el emblema de la casa Baelish, creado por el propio Meñique
para ondear en los estandartes de Harrenhal, donde es el nuevo señor y tal vez
en los del Valle, donde es el consorte de su señora, Lysa Arryn.
Este tipo de ave imita las llamadas de otras
aves y sonidos de animales. Tiene la astucia
de engañar a quienes les escuchen haciéndoles creer que se trata de un
individuo de su misma especie, con el fin de confundir a sus depredadores.
Se adapta a lo de otros desean para conseguir sus objetivos. Está claro el
motivo por el que Petyr Baelish eligió esta ave como símbolo de su casa.
Tyrion
Lannister recibe tres visitas muy interesantes en el
calabozo donde espera a que se celebre su juicio por combate. El primero: su hermano Jaime que le reprocha, sin demasiado
énfasis, todo hay que decirlo, que no
pudiera mantener la boca cerrada y aceptara el trato que él había acordado
con el padre de ambos. Pero Tyrion
estaba demasiado dolido por la traición de Shae y no iba a permitir que su
padre se saliera con la suya. Lo importante ahora es encontrar un campeón
que luche por él contra un adversario imponente. Gregor Clegane, La Montaña, ha
sido elegido por Cersei para representar a la corona.
Jaime
confiesa a su hermano que él no puede
enfrentarse a nadie luchando con la
mano izquierda, así lo han demostrado sus entrenamientos. De modo que Tyrion le encarga llamar a Bronn. Un
Bronn que parece haber medrado desde la última vez que le vimos. Va a casarse
con la segunda hija de una casa noble (ya se encargará él de que herede) y se
encuentra en una posición demasiado confortable como para enfrentarse a una
muerte casi segura, ni siquiera por un amigo y todo lo que éste le ofrece.
Tyrion
lo entiende. Desde que le conoció Bronn
siempre ha mirado por sí mismo y por nadie más, es un desalmado sin
corazón, cómo él mismo reconoce, pero
eso precisamente fué lo que Tyrion más apreció de él al principio, no puede reprochárselo
ahora. Se despiden con un sincero apretón de manos. Es de agradecer que mantengan la coherencia
del personaje.
La tercera visita es sin duda la más
interesante. Un inesperado Oberyn
Martell se reúne con Tyrion para
contarle la historia de la primera vez que se vieron, siendo niños (Tyrion era, de
hecho, un recién nacido). Le cuenta la decepción que supuso para él no encontrar
al monstruo del que todo el mundo le había estado hablando, tan solo un bebé,
un bebé diferente pero un bebé al fin y al cabo. De la historia se desprende el odio visceral que Cersei siempre ha profesado
a su hermano pequeño. Le culpa por la muerte de su madre, que falleció dando
a luz a Tyrion.
Tras un breve discurso,
impregnado de deseos de venganza, se
ofrece a ser su campeón. Tyrion, conteniendo las lágrimas, exhala aliviado.
En El Muro siguen con las preparaciones para el ataque de los
salvajes. Jon Nieve es, una vez, más ninguneado por Ser Allister Thorne cuando expone su idea de cegar el paso bajo
el muro con piedra y hielo, para que a los gigantes que los salvajes llevan con
ellos no les sirva de nada derribar las puertas del túnel, cosa que harán, a
pesar de la incredulidad de la mayoría de los hermanos negros. Esperamos que no tengan que arrepentirse.
La
parte de Rocadragón no ofrece nada interesante aparte
de la belleza desnuda de Carice Van Houten. Habla con la reina Selyse de
pociones y brebajes y de la conveniencia de llevar a la princesa Shireen con
ellas, donde quiera que vaya a producirse su siguiente movimiento.
Arya
y El Perro se encuentran con un hombre moribundo que ha sido atacado por
bandidos. Lo suponemos porque en el mismo escenario dos hombres les atacan. Uno de ellos muerde el cuello de El Perro, a lo que él responde rompiéndole el suyo. El otro muere a manos de Arya con el corazón atravesado por
"Aguja", después de haber averiguado su nombre, al reconocerle como
uno de los hombres que les atacaron a ella y sus amigos camino de Harrenhal (de hecho era uno de los prisioneros que acompañaban a Jaqen H´ghar, el hombre sin rostro, camino del Muro, y que
fue liberado por los ejércitos Lannister).
En la siguiente escena El Perro está
tratado, sin mucho acierto, coser la mordedura que tiene en el cuello. Arya
sugiere cauterizar la herida con fuego pero no hay nada que tema más El Perro. Se niega muy nervioso.
Después le cuenta la historia de lo que le hizo su hermano siendo pequeños y cómo
le desfiguró de por vida. Arya se conmueve un poco, lo
suficiente para ofrecerse a lavarle y coserle la herida.
Podrick
y Brienne tienen la suerte de hacer parada en la posada donde Pastel Caliente
(uno de los amigos de huida de Arya) trabaja como cocinero y camarero. Entablan
conversación a raíz de la felicitación por la comida, en la cual Brienne acaba contando al muchacho el objetivo de
su viaje. Algo sobre lo que a la mañana siguiente le alerta Podrick.
Teniendo precio las cabezas de las muchachas Stark, no es buena idea ir
contado a cualquiera que se les acerque que su propósito en encontrarlas y
protegerlas, algo con lo que estoy completamente de acuerdo.
Afortunadamente para ellos han dado con Pastel Caliente que sale a despedirlos,
y lejos de miradas indiscretas, les dice
que conoce a Arya Stark y les da la pista de a donde se dirigía cuando se
separaron.
Dany además
de ser reina es mujer y cuando un
hombre como Daario Naharis se cuela en sus aposentos con claras “deshonestas”
intenciones, no es de extrañar que lo aproveche. Puede que a Ser Jorah no le guste encontrarse al tyroshi saliendo a medio
vestir de las habitaciones de “su” khaleesi
pero no permite que eso le afecte a la hora de aconsejar bien a Daenerys. Le hace ver lo equivocado de sus
castigos radicales y de que, si Ned Stark hubiera hecho lo mismo con él
(recordemos que Jorah Mormont fue perseguido por vender esclavos), no podría
estar ahora allí sirviéndola como consejero.
Dany
encuentra sentido a las palabras de su amigo y tiene el juicio suficiente como para cambiar su opinión. Pide a Ser Mormont que comunique las
nuevas órdenes a Naharis. El suplicante que vimos en el episodio anterior,
Hizdahr zo Loraq, les acompañará como mediador a Yunkai y comunicará a los
señores esclavistas que han retomado la ciudad, que pueden morir bajos sus
antiguas reglas o vivir con las nuevas que les imponga Daenerys Targaryen.
Llegamos
al Valle y su protagonista principal, Petyr Baelish, el señor del
“Sinsonte”, que entre las sombras observa a Sansa construir una hermosa Invernalia
de nieve. Robin aparece para importunarla y, aunque al principio la
conversación entre ellos es cordial y Sansa parece seguirle la corriente a su
primo, pronto el carácter del niño mal criado emerge. Sansa le
abofetea, algo que su madre debía haber hecho hace mucho tiempo, y el niño sale
corriendo en busca de consuelo.
Como habíamos dicho, Lord
Baelish ha observado todo desde las sombras. Se acerca a una preocupada Sansa,
que sabe que la bofetada al pequeño Lord Arryn le traerá consecuencias con su
tía. Petyr trata de consolarla asegurándola
que no tendrá que preocuparse por Lysa, él
se ocupará de ella.
Llega entonces un momento un tanto emocional
aunque extraño en el que Sansa le pregunta Meñique por el verdadero motivo por
el que asesinó al rey Joffrey. Petyr
le confiesa que amó a su madre más de lo que ella podrá saber
jamás y que, presentándose la oportunidad de dañar a aquellos que hicieron daño
a quienes se ama, quien no la aprovecharía. Sansa sonríe. Petyr continúa con su
confesión diciéndole a la joven (que es más alta que él un palmo), que en un
mundo en el que el amor fuera más importante que la fuerza o el deber
ella podría haber sido su hija, tras lo
cual la besa (eso es lo que me resulta un tanto incómodo). Lysa Arryn les
ve besarse desde un balcón lejano, imaginamos que no ha escuchado las palabras
de Petyr.
Una Lysa
celosa e irracional reclama a su sobrina al salón principal de Nido de Águilas,
junto a la Puerta de la Luna, que se encuentra abierta. Acusa, gritando como una loca, a
la muchacha de seducir a su marido y la agarra con intención de tirarla al vacío a pesar de las
justificaciones de Sansa, puesto que no fue ella quien le besó a él (aunque
tampoco lo rechazó claramente).
Petyr
interviene tal y como dijo, para proteger a Sansa, y con dulces palabras
convence a su esposa de que suelte a la chica. Se acerca poco a poco a ella con
discursos de amor que Lysa quiere creer desesperadamente. Pero cuando llega por
fin hasta ella le hace la confesión
definitiva. En su vida solo ha amado
a una única mujer…su hermana. Entonces
la empuja a través de la Puerta de la Luna.
Y a vosotros, ¿qué os ha parecido el capítulo de esta semana?. Recordad que la semana que viene no se emitirá el siguiente episodio debido a la celebración en EE.UU. del Memorial Day.
Paciencia.
"Sinsonte" es el emblema de la casa Baelish, creado por el propio Meñique
para ondear en los estandartes de Harrenhal, donde es el nuevo señor y tal vez
en los del Valle, donde es el consorte de su señora, Lysa Arryn.
Este tipo de ave imita las llamadas de otras
aves y sonidos de animales. Tiene la astucia
de engañar a quienes les escuchen haciéndoles creer que se trata de un
individuo de su misma especie, con el fin de confundir a sus depredadores.
Se adapta a lo de otros desean para conseguir sus objetivos. Está claro el
motivo por el que Petyr Baelish eligió esta ave como símbolo de su casa.
Tyrion
Lannister recibe tres visitas muy interesantes en el
calabozo donde espera a que se celebre su juicio por combate. El primero: su hermano Jaime que le reprocha, sin demasiado
énfasis, todo hay que decirlo, que no
pudiera mantener la boca cerrada y aceptara el trato que él había acordado
con el padre de ambos. Pero Tyrion
estaba demasiado dolido por la traición de Shae y no iba a permitir que su
padre se saliera con la suya. Lo importante ahora es encontrar un campeón
que luche por él contra un adversario imponente. Gregor Clegane, La Montaña, ha
sido elegido por Cersei para representar a la corona.
Jaime
confiesa a su hermano que él no puede
enfrentarse a nadie luchando con la
mano izquierda, así lo han demostrado sus entrenamientos. De modo que Tyrion le encarga llamar a Bronn. Un
Bronn que parece haber medrado desde la última vez que le vimos. Va a casarse
con la segunda hija de una casa noble (ya se encargará él de que herede) y se
encuentra en una posición demasiado confortable como para enfrentarse a una
muerte casi segura, ni siquiera por un amigo y todo lo que éste le ofrece.
Tyrion
lo entiende. Desde que le conoció Bronn
siempre ha mirado por sí mismo y por nadie más, es un desalmado sin
corazón, cómo él mismo reconoce, pero
eso precisamente fué lo que Tyrion más apreció de él al principio, no puede reprochárselo
ahora. Se despiden con un sincero apretón de manos. Es de agradecer que mantengan la coherencia
del personaje.
La tercera visita es sin duda la más
interesante. Un inesperado Oberyn
Martell se reúne con Tyrion para
contarle la historia de la primera vez que se vieron, siendo niños (Tyrion era, de
hecho, un recién nacido). Le cuenta la decepción que supuso para él no encontrar
al monstruo del que todo el mundo le había estado hablando, tan solo un bebé,
un bebé diferente pero un bebé al fin y al cabo. De la historia se desprende el odio visceral que Cersei siempre ha profesado
a su hermano pequeño. Le culpa por la muerte de su madre, que falleció dando
a luz a Tyrion.
Tras un breve discurso,
impregnado de deseos de venganza, se
ofrece a ser su campeón. Tyrion, conteniendo las lágrimas, exhala aliviado.
En El Muro siguen con las preparaciones para el ataque de los
salvajes. Jon Nieve es, una vez, más ninguneado por Ser Allister Thorne cuando expone su idea de cegar el paso bajo
el muro con piedra y hielo, para que a los gigantes que los salvajes llevan con
ellos no les sirva de nada derribar las puertas del túnel, cosa que harán, a
pesar de la incredulidad de la mayoría de los hermanos negros. Esperamos que no tengan que arrepentirse.
La
parte de Rocadragón no ofrece nada interesante aparte
de la belleza desnuda de Carice Van Houten. Habla con la reina Selyse de
pociones y brebajes y de la conveniencia de llevar a la princesa Shireen con
ellas, donde quiera que vaya a producirse su siguiente movimiento.
Arya
y El Perro se encuentran con un hombre moribundo que ha sido atacado por
bandidos. Lo suponemos porque en el mismo escenario dos hombres les atacan. Uno de ellos muerde el cuello de El Perro, a lo que él responde rompiéndole el suyo. El otro muere a manos de Arya con el corazón atravesado por
"Aguja", después de haber averiguado su nombre, al reconocerle como
uno de los hombres que les atacaron a ella y sus amigos camino de Harrenhal (de hecho era uno de los prisioneros que acompañaban a Jaqen H´ghar, el hombre sin rostro, camino del Muro, y que
fue liberado por los ejércitos Lannister).
En la siguiente escena El Perro está
tratado, sin mucho acierto, coser la mordedura que tiene en el cuello. Arya
sugiere cauterizar la herida con fuego pero no hay nada que tema más El Perro. Se niega muy nervioso.
Después le cuenta la historia de lo que le hizo su hermano siendo pequeños y cómo
le desfiguró de por vida. Arya se conmueve un poco, lo
suficiente para ofrecerse a lavarle y coserle la herida.
Podrick
y Brienne tienen la suerte de hacer parada en la posada donde Pastel Caliente
(uno de los amigos de huida de Arya) trabaja como cocinero y camarero. Entablan
conversación a raíz de la felicitación por la comida, en la cual Brienne acaba contando al muchacho el objetivo de
su viaje. Algo sobre lo que a la mañana siguiente le alerta Podrick.
Teniendo precio las cabezas de las muchachas Stark, no es buena idea ir
contado a cualquiera que se les acerque que su propósito en encontrarlas y
protegerlas, algo con lo que estoy completamente de acuerdo.
Afortunadamente para ellos han dado con Pastel Caliente que sale a despedirlos,
y lejos de miradas indiscretas, les dice
que conoce a Arya Stark y les da la pista de a donde se dirigía cuando se
separaron.
Dany además
de ser reina es mujer y cuando un
hombre como Daario Naharis se cuela en sus aposentos con claras “deshonestas”
intenciones, no es de extrañar que lo aproveche. Puede que a Ser Jorah no le guste encontrarse al tyroshi saliendo a medio
vestir de las habitaciones de “su” khaleesi
pero no permite que eso le afecte a la hora de aconsejar bien a Daenerys. Le hace ver lo equivocado de sus
castigos radicales y de que, si Ned Stark hubiera hecho lo mismo con él
(recordemos que Jorah Mormont fue perseguido por vender esclavos), no podría
estar ahora allí sirviéndola como consejero.
Dany
encuentra sentido a las palabras de su amigo y tiene el juicio suficiente como para cambiar su opinión. Pide a Ser Mormont que comunique las
nuevas órdenes a Naharis. El suplicante que vimos en el episodio anterior,
Hizdahr zo Loraq, les acompañará como mediador a Yunkai y comunicará a los
señores esclavistas que han retomado la ciudad, que pueden morir bajos sus
antiguas reglas o vivir con las nuevas que les imponga Daenerys Targaryen.
Llegamos
al Valle y su protagonista principal, Petyr Baelish, el señor del
“Sinsonte”, que entre las sombras observa a Sansa construir una hermosa Invernalia
de nieve. Robin aparece para importunarla y, aunque al principio la
conversación entre ellos es cordial y Sansa parece seguirle la corriente a su
primo, pronto el carácter del niño mal criado emerge. Sansa le
abofetea, algo que su madre debía haber hecho hace mucho tiempo, y el niño sale
corriendo en busca de consuelo.
Como habíamos dicho, Lord
Baelish ha observado todo desde las sombras. Se acerca a una preocupada Sansa,
que sabe que la bofetada al pequeño Lord Arryn le traerá consecuencias con su
tía. Petyr trata de consolarla asegurándola
que no tendrá que preocuparse por Lysa, él
se ocupará de ella.
Llega entonces un momento un tanto emocional
aunque extraño en el que Sansa le pregunta Meñique por el verdadero motivo por
el que asesinó al rey Joffrey. Petyr
le confiesa que amó a su madre más de lo que ella podrá saber
jamás y que, presentándose la oportunidad de dañar a aquellos que hicieron daño
a quienes se ama, quien no la aprovecharía. Sansa sonríe. Petyr continúa con su
confesión diciéndole a la joven (que es más alta que él un palmo), que en un
mundo en el que el amor fuera más importante que la fuerza o el deber
ella podría haber sido su hija, tras lo
cual la besa (eso es lo que me resulta un tanto incómodo). Lysa Arryn les
ve besarse desde un balcón lejano, imaginamos que no ha escuchado las palabras
de Petyr.
Una Lysa
celosa e irracional reclama a su sobrina al salón principal de Nido de Águilas,
junto a la Puerta de la Luna, que se encuentra abierta. Acusa, gritando como una loca, a
la muchacha de seducir a su marido y la agarra con intención de tirarla al vacío a pesar de las
justificaciones de Sansa, puesto que no fue ella quien le besó a él (aunque
tampoco lo rechazó claramente).
Petyr
interviene tal y como dijo, para proteger a Sansa, y con dulces palabras
convence a su esposa de que suelte a la chica. Se acerca poco a poco a ella con
discursos de amor que Lysa quiere creer desesperadamente. Pero cuando llega por
fin hasta ella le hace la confesión
definitiva. En su vida solo ha amado
a una única mujer…su hermana. Entonces
la empuja a través de la Puerta de la Luna.
Y a vosotros, ¿qué os ha parecido el capítulo de esta semana?. Recordad que la semana que viene no se emitirá el siguiente episodio debido a la celebración en EE.UU. del Memorial Day.
Paciencia.