Juego de Tronos 8x03 “La larga noche”

Por Gonzalo Ruiz. 

(OJO CONTIENE SPOILERS A CASCOPORRO)

La noche es oscura y alberga horrores. Por fin se hizo efectiva la profecía que llevan repitiendo la mayoría de los personajes durante toda la historia. La noche era muy oscura, y albergó el peor de los horrores, la mayor guerra que poniente jamás ha vivido. La tercera entrega nos trae el capítulo con mayor duración hasta la fecha. Lo hace para representar la batalla de Invernalia en la que luchan la vida y la muerte. Es un capítulo épico, lleno de adrenalina y acción, que mezcla con el drama, dando como resultado la sensación de haber vivido uno de los capítulos más grandilocuentes de todos los que componen Juego de tronos. “La larga noche” se ha ganado de forma unánime las alabanzas de la crítica y la aprobación de los millones de fans de poniente. Nosotros nos unimos a esta corriente, aunque también debemos señalar que en algunos aspectos el capítulo naufraga, aunque ésto no afecta al producto final que termina siendo irresistible. 

Como habíamos visto en el capítulo anterior, los caminantes blancos están en Invernalia. Esta es la imagen final del capítulo, y la historia prosigue de la misma manera. Todo está preparado. Dothrakis e inmaculados defienden el castillo fuera de sus límites. Les acompañan personajes significativos como Brienne de Tarth, Jaimie Lannister o Sir Jorah. La suerte está echada, y ésta pronto se posiciona a favor de los vivos con la llegada de Melisandre, la sacerdotisa roja entregada al Dios de la luz. Llega a lomos de un caballo, ilumina todas las armas del ejército de los dothrakis, y se introduce en el castillo Stark. 

Dentro se encuentra con un viejo conocido, Sir Davos, al que le dice que no hace falta que la mate, ya que al alba habrá desaparecido. Seguidamente, su mirada se posa en Arya, y no la desvía hasta pasados unos segundos. Melisandre daba pistas, una vez más, de lo que iba a ocurrir al final de la batalla, y adelantaba la gloria a una Arya con mirada incrédula y totalmente ajena a lo que el destino le reservaba. Sin duda Melisandre es, con la pequeña de los Stark, el personaje más importante de este capítulo. Su aparición aporta el tono sentimental y argumental en un mar de espadas, lanzas, acción y violencia. Su calma señala el camino tanto de los personajes como el de los espectadores. La sacerdotisa roja tiene todas las respuestas, y sus actuaciones desde que apareció en la serie han estado motivadas a satisfacer la voluntad del señor de la luz. La guerra entre los vivos y muertos llegaría, ella lo sabia, y toda su conducta ha estado por encima de los intereses que daban lugar a las sucesivas guerras entre los humanos por el poder. La verdadera guerra se libraba con la muerte, y ésta es en la única que ella debía tomar partido. 

La acción es lo que da cuerpo al capítulo. Es lógico que todo el mundo estuviese esperando la gran guerra de Invernalia, pero a nuestro juicio, ésto es lo más defrauda del episodio. El capítulo está dividido en dos partes. La primera, el asedio en sí por los secuaces muertos vivientes de los caminantes blancos que intentan acabar en primera instancia con la resistencia humana. En ella, vemos al frente resistiendo e intentando mantener al castillo en pie. Jon y Daenerys deciden erigirse como apoyo en el cielo con sus dragones. La aportación de ambos resulta demasiado pobre. Jon Nieve ha librado muchas batallas, y es raro verle en un segundo plano, sin liderar el ejército y sin luchar por su pueblo. La primera decepción llega con estos personajes, que, con el paso de la temporada han ido perdiendo importancia en favor de personajes secundarios, algo que no parece irle nada bien a un final de serie que parece que dará por fin respuesta a la duda de quién se quedará por el trono. 

La primera parte del episodio dura unos 45 minutos, por lo que la batalla acapara más de la mitad del metraje. Esta parte queda un tanto insulsa, dando la sensación de que desaprovechan una y otra vez oportunidades para hacer algo memorable. A parte de esto, algo que ha sido muy criticado ha sido la iluminación del capítulo. Durante la guerra no se ve prácticamente nada. La oscuridad total se apodera de la televisión y limita demasiado la visión del espectador. Se entiende que han querido hacer la experiencia lo más realista posible. La batalla se sucede en invierno, en plena noche, y con la nieve cayendo sin cesar. 

Es cierto que en esta situación la visión sería reducida. Sin perjuicio de esto, nos olvidamos de que estamos viendo un capítulo de una serie de televisión, y que la principal función de éste es que los espectadores puedan disfrutar de una experiencia lo más completa y realista posible. Al aportar tanto realismo escénico, se olvidan de que lo filmado debe ser visto por todos, no solo por los actores que están rodando la escena. Los personajes no ven en esa batalla, no saben a quién atacan, y difícilmente pueden combatir en esas condiciones. El problema es que los espectadores tampoco podemos ver de forma clara lo que está ocurriendo, y, al fin y al cabo, juego de tronos, como toda serie o película, es un producto que debe ser visto y experimentado de la mejor de las maneras posibles, cosa que en este capítulo no ocurre, haciendo primar el realismo extremo sobre la pragmática visual. Esto también afecta al formato, pues la pixelación y mala calidad visual invaden la pantalla (la fuente no en ni siquiera Full HD), echando de menos las opciones de 4k que nos dan otras plataformas de VOD.

En la segunda parte del capítulo, el castillo está completamente asediado. Los muros han caído, y las hordas de muertos matan a los humanos sin ningún tipo de piedad. Además, uno de los tres dragones, el que cayó en combate la temporada pasada, y ahora está totalmente sometido al ejército de los muertos, destroza todo lo que se encuentra a su paso con su rayo de hielo. Se viven momentos de verdadera histeria, y por momentos, tanto los personajes, como los espectadores, llegan a ser conscientes de que no hay escapatoria posible, la muerte es demasiado fuerte como para resistirla. Pero el momento álgido llega cuando Leclane salva a Arya Stark de una muerte segura. Melisandre aparece en escena, sigilosa como siempre, y aclara que ese es el propósito del señor de la luz. La muerte puede esperar, viene a decir la Stark, a lo que la sacerdotisa contesta que ojos marrones, verdes y azules caerán, una frase que nos es familiar, ya que la oímos en la tercera temporada cuando ambas se conocen por primera vez, y que da entender que los ojos azules del rey de la noche van a apagarse con su muerte.

Con todo destrozado, con la derrota aterrizando en Invernalia, y casi, por tanto, en el resto de poniente, con Daenerys abatida sin dragones y únicamente protegida por Sir Jorah, con John Nieve intentando derrotar al dragón helado por el que en la temporada pasada había sido salvado, con la cripta en la que las mujeres y niños habían sido protegidos totalmente desmantelada por los caminantes blancos, el Rey de la noche llega hasta Bran Stark, que había sido defendido por un Theon Greyjoy que yacía muerto en la espesa nieve. El villano omnipresente durante toda la serie, demostrando que muchas veces es más peligrosa la amenaza del miedo que el miedo en sí mismo, levanta la mano, comienza a sacar su espada, y procede a realizar lo que todos nos imaginamos, borrar cualquier signo de memoria de los vivos, pero Sansa Stark llega a su espalda, y con una daga vidriagón que le había facilitado Bran en el capítulo anterior, consigue batir al caminante blanco y logra así prorrogar la existencia de la humanidad en poniente.   

Sin duda el momento más emblemático, y que quedará en las retinas de todos los espectadores es la muerte del Rey de la Noche a manos de Arya Stark. Con este momento épico, y en cierto modo inesperado, ya que ocurre en el ecuador de la temporada, se pone fin a la amenaza de los caminantes blancos. Unos villanos que, como decía anteriormente, siempre han estado presentes pero casi nunca visibles. A la hora de la verdad, los caminantes blancos han sido derrotados en un capítulo, y deja la duda de si esta historia final podría haber dado más de sí. Ahora quedan tres episodios frenéticos. Sabremos al fin quien se queda con el trono de hierro. La lucha con los muertos ha finalizado, pero queda la lucha entre los vivos, y está se presume aún más peligrosa, ya que lo que está en juego no es mantenerse con vida, si no mantenerse con el poder, y ésto es tan irresistible, que hace que sea preferible morir a manos de propios humanos, antes que hacerlo a manos de la misma muerte. 

Fuente de Imágenes: Movistar + / HBO España