Revista Educación
Durante el primer año de vida, el juego se desarrolla a partir de los sentidos y el movimiento.
Alrededor de los 12 meses los niños y niñas consiguen dos hitos fundamentales en su desarrollo: las primeras palabras y los primeros pasos.
A los 2 años, ambas habilidades se han perfeccionado aumentando exponencialmente su autonomía para todas sus actividades diarias: participa en una conversación, construye oraciones sencillas) inicia contactos sociales con los compañeros, corre,salta, juega con la pelota (lanza, chuta), etc. Por ello, ente los 2 y los 3 años se desarrolla el JUEGO SIMBOLICO, dónde los niños y niñas representan situaciones y desempeñan roles. Al comienzo, serán imitaciones de algunos cotidianos para ellos y que ven en sus adultos más cercanos: imitar a la profe, al médico, el trabajo de los papás, la limpieza de la casa, el cuidado de los bebés, etc.
El juego simbólico va adquiriendo mayor complejidad y grado de abstracción y comenzarán a participar la imaginación y la creatividad en situaciones y materiales inventados.
Este tipo de juego es un avance fundamental a nivel cognitivo, en el desarrollo del lenguaje y fundamentalmente social, porque les permite crear representaciones mentales que serán de gran ayuda para resolver situaciones futuras en su vida, y ahondar en la concepción de los roles sociales y en valores como la colaboración, la empatía, o la expresión de emociones. Por otro lado, desarrolla el juego bajo su control, es decir, en el proceso, piensa sobre ello, lo ordena y lo elabora.
Por eso, es fundamental ofrecer a los niños y niñas estímulos y juguetes que favorezcan este tipo de juego, y que facilitará el inicio del juego compartido con otros niños. ¿Qué materiales podemos ofrecerles?
- Materiales de limpieza, aseo o cocina con los que pueda representar las rutinas diarias. Pueden ser juguetes o materiales reales que apartemos para él en algún cajón delimitando por higiene y precaución cuales son los suyos: estropajo, envases vacíos de alimentos, cucharas, tenedores, platos, peines, esponjas, etc.
- Disfraces o complementos relacionados con los oficios y otros espacios en los que el niño se desenvuelve: la cafería, el mercado, el centro de salud, la peluquería, el veterinario, la comisaría de policía,
- Aparatos tecnológicos en desuso o de juguete: teléfonos, teclados, mandos a distancia, micrófonos, etc.
- Figuras de representación adecuadas a la edad: bebés, animales, peluches, medios de transporte, etc.