Jugar es una de las actividades que más frecuentamos a lo largo de todo nuestro desarrollo como personas. Es algo que siempre tiene como meta principal la diversión e incluso el compartir buenos momentos con otras personas o hasta hacer amistades; pero que también tiene un enorme potencial como herramienta educativa. Para muestra de ello, tan solo hay que pensar en los más pequeños de casa y en cómo empiezan a aprender sobre todo lo que les rodea.
El concepto del juego como algo usado con fines didácticos no es algo que sea nuevo, pero sí que se está nutriendo de lo que ofrecen las nuevas herramientas y tecnologías de los tiempos modernos. Ahora, con la informática y, sobre todo, con internet acompañándonos, tenemos la posibilidad de encontrar cientos, por no decir miles o infinitas propuestas lúdicas que logran esconder tras esa capa de diversión, de colores e interacciones toda una amalgama de funciones que sirven para desarrollar diferentes áreas del conocimiento en las personas. De hecho, pensando ya en campos más específicos y acercándonos a la enseñanza más básica, uno de los terrenos donde se aprecia más la influencia del juego como componente educativo es el de las matemáticas. Esa asignatura que tanto odian los más pequeños al conocerla, pero que se acaba volviendo tan fundamental de cara a su futuro, es una que puede volverse más llevadera gracias al juego. Como muestra de ello tenemos los juegos de tablas de multiplicar online como los que podemos encontrar en Árbol ABC, y otras tantísimas propuestas que lanzan cuestiones que piden sumas, restas, operaciones sencillas rápidas para poder ganar partidas y hasta resoluciones de problemas. Siempre con el concepto de la "gamificación" detrás, amoldando mecanismos de juegos y hasta de videojuegos para conseguir hacer del aprendizaje algo mucho más divertido.
Juegos y Matemáticas, ¿funcionan bien juntos?
La cuestión sobre la buena relación entre el juego y la educación matemática es una que está mucho más extendida de lo que se pueda pensar y que, de hecho, tiene una respuesta tan evidente que muchos la pasan por alto sin darse cuenta. Los niños, e incluso los no tan niños, están rodeados de muchísimas situaciones diferentes que pueden incentivar el uso de las matemáticas para ser superadas. Por ejemplo, el concepto del juego como tal es uno que, por extensión, fortalece lo que se conoce como aprendizaje basado en juegos. Podemos poner un ejemplo muy sencillo para demostrarlo. Cuando el niño o la niña tiene que empezar a jugar a algo nuevo y diferente, necesita aprender una serie de reglas y, en base a estas, seguir unos patrones para conseguir disfrutar de la experiencia. Aunque la analogía puede no saltar a la vista de inmediato, sí que se puede detectar con un pequeño análisis. Y es que, al tener que usar las piezas, los objetos o incluso las teclas o los botones siguiendo esas reglas, la persona que juega está siguiendo los mismos principios que seguiría al aplicar cualquier teoría matemática. Conoce las reglas de la teoría, sabe qué elementos interactúan y cómo y, por supuesto, la pone en práctica para conseguir el cometido que se propone durante la sesión.¿Da buenos resultados?
Muchos psicólogos inciden en ello e incluso docentes deciden aplicar mecanismos de juegos para poder mejorar el aprendizaje de conceptos tanto matemáticos como de otras ramas. Por supuesto, combinar el uso de juegos con la enseñanza es algo que da buenos resultados, de hecho, se pone en práctica desde que las personas apenas tienen unos meses de vida. La primera interacción de los pequeños con su entorno suele ser a través del juego, así es como aprenden mucho más sobre el funcionamiento de todo lo que les rodea. Y ahí es donde entran en juego las nuevas tecnologías. Con las conexiones a internet tan presentes, el sector educativo tiene más herramientas que nunca para conseguir que las lecciones dejen de ser algo aburrido para ser algo divertido que, además, combine la diversión con la aplicación práctica de conocimientos. Juegos en línea como el citado anteriormente, amén de otros muchos que hay disponibles con tan solo bucear un poco por internet, pueden aportar unos resultados realmente interesantes.El camino hacia el futuro
Es difícil vaticinar cómo será el futuro de la educación, aunque es un sector que necesita un cambio con urgencia por lo anquilosado y estanco de su metodología actual, tan vinculada a métodos de hace décadas. Introducir el juego en asignaturas como Matemáticas puede ser el vehículo perfecto para conseguir un mejor desarrollo del alumnado, un mayor interés y una mayor facilidad para asimilar conceptos de todo tipo relacionados tanto con este campo como con cualquier otro. En definitiva, ahora es más fácil que nunca alentar la formación y el aprendizaje sin hacer que resulten un tedio para el alumnado o para las personas en general. Tenemos muchas herramientas de juegos a nuestra disposición que, de una forma u otra, estimulan las diferentes áreas del conocimiento y ayudan a aprender de forma mucho más eficaz.Las soluciones están sobre la mesa y los resultados están más que demostrados. Tan solo es cuestión de ponerse manos a la obra e intentar sacarle el máximo partido a lo que estas brindan. Así, la educación podría pasar por una revolución mucho más acertada. Aunque, por el momento, parece que le cuesta coger ese ritmo. Redacción: Juan Antonio Fonseca Serrano