La psicomotricidad fina se refiere a todas las actividades o acciones que realizamos específicamente con las manos, y para las cuales debe tener control óculo-manual como son:
- escribir, dibujar, pintar,
- punzar,
- rasgar, cortar,
- usar herramientas,
- coser,
- hilvanar,
- coger los cubiertos,
- amasar, moldear,
- ...
Todos estos movimientos precisan de un elevado nivel de coordinación y precisión. Es en estas edades, sobre los 18 meses cuando podemos empezar ha realizar algunos ejercicios que te propongo para estimular su psicomotricidad fina pero este en concreto yo lo he pospuesto un poco hasta los 24.
Materiales que necesitamos:
- dos cuencos o dos vasos,
- una jarra o jarrita,
- una bandeja,
- agua,
- cucharón de juguete (adicional)
Cómo lo utilizamos, propuesta de actividades:
- Llenamos una pequeña jarra de agua y pedimos al niño que llene los vasos.
- Tras esto podemos pedirle que pase el agua a uno vacío y así una vez tras otra, intentando que no derrame el agua, aunque inicialmente debemos estar preparados para que esto ocurra. Podemos continuar pasando el agua del vaso a un cuenco.
- Para completar la actividad pedimos que el niño pase el agua cogiéndola con un cucharón de juguete.
Esta actividad de refinamiento de la motricidad fina permite a nuestros pequeños ir adquiriendo mayor control de sus manos, lo que le facilitará el uso de los vasos y cubiertos en el día a día a la vez que va fortaleciendo la musculatura de dedos y manos.
Es especialmente recomendable realizar esta actividad con niños ya algo mayores que se encuentran inseguros a la hora de comer y que nos piden una y otra vez ayuda cuando toca algún plato como sopas, purés o cualquier otro tipo de comida en la que deban utilizar cuchara. Juando con los pequeños fomentamos su autonomía, independencia y fortalecemos la seguridad en sí mismos aumentando su autoestima.
Para que el juego cumpla su objetivo dirigiremos la actividad lo mínimo posible, dejando que el niño se maneje solo aunque se moje o derrame agua por el suelo.