Quedan tres días para que se conozca definitivamente la sede que albergará los Juegos del Mediterráneo del 2017. El próximo sábado más o menos a media mañana sabremos ni nuestra ciudad Tarragona es la elegida para tal acontecimiento. Son dos las candidatas finales. Una es Tarragona y su rival, la ciudad egipcia de Alejandría quien se ha gastado mucho dinero para poder ser ellos los organizadores. Alejandría, en el caso de ganar sería la segunda vez que los albergase. La primera fue en 1951 cuando dieron inicio a estos juegos. En el camino se quedaron otras como Trípoli en Libia.
Quedan tres días para que el futuro de Tarragona se enmarque en letras de oro o para que de nuevo la historia nos aparte de su camino. Han sido cuatro años de trabajo y preparación para que el próximo sábado en Mersin (Turquía) se acaben con el premio de ser la ciudad organizadora de los Juegos del Mediterráneo 2017. Se han invertido unos cinco millones de euros en la candidatura de los que el 80% fueron de patrocinadores privados.
La votación es secreta. Participarán 23 comités olímpicos con tres votos cada uno. Podrán votar también libremente los 17 miembros del COI (Comité Olímpico Internacional) si lo creen oportuno.
Las perspectivas futuras si conseguimos por fin ser la ciudad elegida pintan muy bien. El acontecimiento supondría un impacto económico de unos 1.000 millones de euros. Se crearían unos 7.000 puestos de trabajo y se invertiría en equipamentos deportivos cerca de 130 millones de euros de los cuales el 80% serían financiados por el Estado y la Generalitat a partes iguales y el 20% restante por el ayuntamiento. La villa Mediterránea, donde se alojarían los deportistas, costará unos 100 millones de euros, todos ellos de capital privado, que serán recuperados con la venta posterior de los pisos que serán catalogados de protección social.
Pero no todos los tarraconenses apoyan la candidatura de la ciudad. Con lo que está cayendo se piensa en que es un despilfarro gastar tanto dinero en una competición que no atrae a nadie y que no tiene apenas repercusión mediática. Quizás tengan razón pero según Luis Rogelio Rodríguez, alcalde de Almería 2005, los Juegos Mediterráneos para la ciudad andaluza fueron la oportunidad hecha realidad de salir del anonimato y convertir Almería en un referente deportivo en Andalucía y España y dar un paso de gigante para la modernización de la ciudad.
Personalmente tengo mis dudas de que las cifras tan optimistas que se barajan sean una realidad pero lo que está claro es que ya que estamos en la lucha hay que ir a ganarla y luego intentar sacar el máximo provecho deportivo y económico al acontecimiento. Hoy por hoy no veo a mi ciudad compitiendo, deportivamente hablando, con Alejandría. Creo, y espero equivocarme, que los juegos se irán para Egipto a pesar del ambiente turbulento que hay en el país de los faraones. Alejandría es una ciudad de unos cuatro millones de habitantes y su proyecto no tiene comparación con el de Tarragona. Actualmente viendo las instalaciones que hay en nuestra ciudad yo no la votaría en absoluto ya que son penosas. Pero gracias a Dios no es proyecto para hoy y sí para dentro de cinco años y en este tiempo todo puede cambiar y esperemos para mejor ya que deportivamente hablando la Tarragona de hoy da pena.