Revista Historia

Jueves, 14 de Marzo de 1940

Por Sila
FINLANDIA: Con el enmudecimiento de las armas, comienza el éxodo para miles de civiles finlandeses que, de acuerdo con la paz firmada ayer, han quedado en territorio soviético. Ninguno quiere vivir bajo el yugo soviético, y hacen bien. Las regiones integradas en la URSS serán sometidas por las autoridades estalinistas a un proceso de “desfinlandización”, que acabará con todo rastro de la cultura finesa en la zona y que no acabó con los propios finlandeses gracias precisamente a que huyeron. A la derrotada Finlandia, que ha sufrido graves pérdidas en la contienda, le aparece un nuevo y grave problema: el de los refugiados. Unos 422.000 civiles, del total de 450.000 que viven en las zonas anexionadas por la URSS, abandonarán sus hogares en las próximas semanas. Mientras, el Presidente Kallio publica una emotiva proclama dirigida a las fuerzas armadas agradeciendo el sacrificio que los militares finlandeses han realizado por su patria. Por su parte, los aliados comienzan a lanzar balones fuera, rehuyendo su enorme responsabilidad en el desamparo de Finlandia. Hoy, el gobierno británico critica a Suecia por no haber permitido el paso de sus tropas a través de su territorio. Mientras, Daladier hace lo mismo con Noruega. Estos últimos acusan a los anglo-franceses de únicamente querer sacar ventaja en su guerra con Alemania. Lo cierto es que ingleses, franceses, noruegos y suecos dejaron al valiente pueblo finlandés solo ante su enfrentamiento con el gigante ruso.
BERLÍN: Herman Goering, Ministro del Plan Quinquenal encargado del esfuerzo bélico, hace un llamamiento al pueblo alemán para que entregue todos los objetos no necesarios hechos de cobre, latón, zinc, níquel y plomo para colaborar en el esfuerzo bélico. Durante los últimos meses, la industria bélica alemana ha incrementado notablemente su producción, muy por encima de Gran Bretaña y Francia, con lo que el plan aliado para hundir al Reich a través de la guerra económica muestra su fracaso.
PARIS: Regresa de Londres Sumner Welles, tras su viaje a Londres. El enviado especial norteamericano aprovecha su escala en la ciudad del Sena para entregar a Daladier un mensaje personal del Presidente Roosevelt. Mañana partirá hacia Roma donde culminará su infructuosa gira por Europa. En otro orden de cosas, el Gobierno Polaco en el Exilio publica un informe sobre las relaciones entre Alemania y Polonia antes de la guerra en el que se revela que Goering, durante una visita oficial a Varsovia en 1935, pidió ayuda a los polacos para lanzar un ataque conjunto contra la Unión Soviética. Aunque las afirmaciones son graves y todos conocemos lo que pasará en Junio de 1941, lo cierto es que las afirmaciones polacas son falsas y mera propaganda.

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