FINLANDIA: Amanece un nuevo día en la Línea Mannerheim. Pero a diferencia de los más de 75 días anteriores, esta vez es diferente. Por primera vez desde que la Unión Soviética invadiera Finlandia, la Línea Mannerheim ha dejado de ser la más efectiva línea defensiva jamás trazada en la historia bélica. Justo antes del amanecer, varias compañías finlandesas implicadas en los combates de los últimos días se retiraban silenciosas del frente. Algunas habían sufrido hasta un 80% de bajas. Mientras, los rusos ocupan lentamente las posiciones defensivas en el sector de Summa, con cada vez menos oposición. No es que el agotamiento haya hecho mella en los finlandeses, es que la mayoría de sus unidades han combatido hasta el último hombre y la última bala. El Mariscal Mannerheim es plenamente consciente de que la línea que lleva su nombre ya no sirve para nada. Los rusos la han roto, y ahora la cuestión ya no es como rehacerla, sino como evitar que las tropas finlandesas queden copadas. Solo hay una alternativa militar: al mediodía, Mannerheim da orden a sus fuerzas de retirarse de manera ordenada hacia el norte. Su objetivo es establecer el frente en una línea de búnkeres situados más al norte, la llamada Línea Intermedia. Pero Mannerheim no se llama a engaños: sabe que la Línea Intermedia son solo un puñado de defensas, la mayoría a medio construir, y que difícilmente contendrá el imparable avance ruso, y así se lo hace saber a sus jefes políticos. A lo largo de la tarde, las tropas finlandesas a lo largo de todo el Istmo abandonan sus posiciones. Poco antes de las seis, los soviéticos toman el pueblo de Summa, por el que tanta sangre ha sido derramada las dos últimas semanas. Aquellas trincheras y aquellos búnkeres, que heroicamente consiguieron derrotar en innumerables ocasiones a un enemigo muy superior en número y en medios, van siendo abandonadas y ocupadas por el enemigo soviético. Es el triste epílogo de uno de los más claros ejemplos de resistencia y tenacidad en la historia bélica: la Línea Mannerheim.
BERLÍN: Después del anuncio británico hecho ayer de que todos sus mercantes serán armados, la Kriegsmarine responde con una nueva vuelta de tuerca. A partir de hoy, todos los U-Boote reciben órdenes de considerar como barcos enemigos y hostiles a cualquier embarcación que navegue con pabellón británicos. Además, cualquier navío neutral que navegue dentro de la zona de guerra marítima alrededor de las Islas Británicas será considerado de igual manera, y por lo tanto podrá ser atacado sin previo aviso sin importar su bandera o cargamento. En otro orden de cosas, el Mariscal Herman Goering, comandante de la Luftwaffe y encargado de la economía bélica, pronuncia un discurso radiado a todo el Reich. El Mariscal alaba que la fortaleza económica alemana será clave para la victoria contra los aliados. Así mismo, informa que polacos y prisioneros de guerra anglo-franceses serán empleados en labores agrícolas en sustitución de la mano de obra campesina movilizada.
ATLÁNTICO NORTE: Día de buenos resultados para los U-Boote, aunque solo de navíos mercantes neutrales, la mayoría al sur de Irlanda. El U-14 hunde al Sleipner (1.066 toneladas), el U-37 al Aase (1.206 tn.) y el U-50 al Maryland (4.895 tn.), los tres con bandera danesa. El U-26 hunde al vapor noruego Steinstad (2.477 tn.) y el U-48 al petrolero holandés Den Haag (8.971 tn.). La radio y la prensa alemana harán bastante propaganda con la tremendamente productiva jornada de sus lobos de mar.