


Está pensada para ser remanso de paz, de espiritualidad, enfatizando la verticalidad, como los árboles del bosque y como en tantos otros edificios de carácter religioso, que quieren simbolizar la conexión con un ser superior, el cielo, etc.Por fuera, los muros inclinados emergen desde el suelo y se revisten con una especie de azulejos de aluminio, hechos de manera artesanal y colocados a mano por artesanos locales. La estructura a modo de grandes troncos que se unen, también emerge con esa idea, y genera un espacio muy especial, en el que se cuela de manera premeditada, la vegetación exterior, a través de las magníficas cristaleras con vidrios a hueso.
Hiroshi Nakamura, dice haberse preguntado la manera en que la Arquitectura podía ayudar a las personas, en un momento inconsolable y triste, por éso se buscó generar un ambiente de paz, que al menos reconfortase a la gente que se acercase a orar, conectándolo además con un bosque.

Qué os ha parecido esta capilla?, muy diferente a lo que estamos acostumbrados en España verdad?, algo más abstracto, pero igualmente válido para tener un momento espiritual, sin entrar en religiones, tan solo, aliviar esos momentos difíciles o incluso regalarse un momento de paz en medio de la vorágine. Sigo pensando, que los japoneses con su manera de generar espacios amables y a escala humana, nos llevan muchísima ventaja a los occidentales, por no hablar del respeto a las tradiciones y a la propia artesanía.Contadme en comentarios!!
Feliz fin de semana.
Mónica t.
***vía Yellow Trace // imágenes de Hiroshi Nakamura & NAP fotografiadas por Koji Fujii + Nacasa & Partners
