«Lavatorio de los pies6. Los varones designados, acompañados por los ministros, van a ocupar los asientos preparados para ellos en un lugar visible a los fieles. El sacerdote (dejada la casulla, si es necesario) se acerca a cada una de las personas designadas y, con la ayuda de los ministros, les lava los pies y se los seca.» (Misal Romano: reimpresión actualizada de 2008, p. 263).
«Lotio pedum10. Completa homilia proceditur, ubi ratio pastoralis id suadeat, ad lotionem pedum.11. Viri selecti deducuntur a ministris ad sedilia loco apto parata. Tunc sacerdos (deposita, si necesse sit, casula) accedit ad singulos, eisque fundit aquam super pedes et abstergit, adiuvantibus ministris.» (Missale Romanum, a. 2002).La rúbrica habla de «varones designados»; lo cual implica, para empezar, dos cosas: 1) Sólo varones; y 2) La palabra «designados» implica que éstos lo haya sido previamente y, por tanto, que se evite el aquí te pillo, aquí te mato, evitándose así el hecho de que, al acabar la homilía, el sacerdote invite a los espontáneos que deseen que les sean lavados los pies, con el consiguiente desbarajuste. Luego está la cuestión de si esos varones designados han de ser o no ministros ordenados... ¿Por qué todo esto? Léase el excelente artículo: Los varones del Jueves Santo.