Revista Libros
Ella se esconde de a ratos, y juega conmigo.Juega a que está allí intocable, invisible.Deseable y soñada, por mí que no me rindo.Y me extiendo sin atender mi cansancio y me enredo sin darme cuenta, porque no me importa si me canso, porque no tengo identidad si no la encuentro.
Y ella sonríe, yo lo sé. Porque le es inevitable, porque ella es sonrisa que observa.Contempla mi ansiedad que yo le ofrendo transformada en promesas, y en cada una se van mis años, rendidos, soñando.
Es vida y yo agonizo, tal vez la encuentre en mi muerte y junto a ella renazca, quizás sea mi historia esperando, extendiendo su mano, ofreciéndome un mito.
Su mirada esconde el veneno que puede sumergirme en paz, yo lo sé. Porque me ha alcanzado en sueños, y me acaricia dejando en mi memoria trampas inmortales, donde nacen fantasmas y tormentas se alzan. Yo despierto creyéndola a ella, con la convicción de su existencia, con mis sentidos atentos para el encuentro…
Un día naceré tan cerca de ella que iniciaré el juego, un día seré espejismo en su memoria, que se materializa, que es encontrado…