Hay quienes no creen en la mágia, en el ocultismo ni en los agujeros negros que nos podemos encontrar en nuestra vida. Ahora Tristán había conocido que sí existen,y que a pesar de la dificultad de explicar todo con detalle, pertenecen a nuestra vida y debemos aceptarlo como tal. Llovía, era un día gris, el hotel distaba a menos de 500 metros, pero se encontraban perdidos, deambulando, como si supieran que pronto iban a separarse de por vida, desafortunadamente y como si quisieran hacer un ensayo general de un trágico episodio que presagiaba un final casi premeditado, hasta hoy...