Revista Cómics

Jugando a… Skyward Sword y sobre las tiendas GAME

Publicado el 25 diciembre 2011 por Mugen

Nunca he sido mucho de Zelda. Tras acabarme un puñado de ellos, acabé huyendo ya que su estructura se me hacía un tanto repetitiva; sí, me entretenía con los retos de sus castillos; sí, los combates eran majos y el juego se dejaba querer, pero… ña, que no. Por culpa de la muerte de mi PS3 (Ya me he comprado otra, soy feliz) bajé al GAME y me hice con el último Zelda por puro mono de jugar a algo y…

Jugando a… Skyward Sword y sobre las tiendas GAME

Nunca imaginé que fuera tan duro comprar en un GAME

imagen procedente de http://www.gamefilia.com/la-saga-q-no-tiene-nombre

1ª parte: conseguir el Zelda en un GAME

Para empezar, después de mi odisea, comprendo que la gente sea una pirata o no compre los juegos en tienda física, yéndose al mercado online de cabeza, y es que en los GAME pasan cosas muy chungas en el proceso entre entrar, decir “Hola, dame un juego” y que te lo den finalmente. Para empezar, huele a friki (una esencia que es una mezcla entre miedo, no sé muy bien a qué, y vergüenza, que si lo intuyo un poco más), un hedor sudoroso que hace que mi novia, cada vez que le digo que voy a ver qué se cuece, me responda que ya me espera en el bar. La gente allí reunida habla raro, como si tuvieran entre ellos un dialecto que sólo ellos son capaces de entender y cada opinión que emiten, sobre lo que sea, parece que la comparten con la intención de molar (abren mucho los ojos, levantan la cabeza y dicen con el pecho lleno de aplomo:”Pues después de este Uncharted, Naughty Dog va a hacer un juego online”, lo he leído por ahí, es un rumor) y ala, a debatir como locos… y lo peor es que te dan ganas de entrar en la discusión y gritar ¡¡¡CLARO!!! ¡¿Y AERITH SE PUEDE RESUCITAR, VERDAD?!

Otro ente que por allí pulula es la madre que no entiende muy bien las diferencias entre una 3DS y una DS “¿Pero los juegos de una valen para la otra?”, pobres dependientes, menuda putada les ha hecho Nintendo, porque por mucho que lo expliquen, las estúpidas inocentes madres vuelven a la carga, sin comprender cómo es posible que una ofrezca retrocompatibilidad con los juegos de la otra pero que lo mismo no funcione a la vez “¡¡Pero si son iguales!!”, unas duras navidades para el ramo de la venta de videojuegos.

Pero lo peor ya es cuando pides el juego en el mostrador: “me das un Skyward Sword”… que si hacerse un seguro, que si me quiero hacer socio, que si conozco no sé qué mierda de segunda mano del GAME… Y ay, la de Dios lo que insisten.. ¡¡¡DADME MI PUTO JUEGO, HOSTIA!!! Tuve que ponerme un poco tonto para que dejaran de ofrecerme gilipolleces que me daban por el culo; y soy consciente de que no es culpa de ellos, que les obligan a hacerlo, pero me cago hasta en Waluigi, juro que no vuelvo a comprar en una tienda física y que hacerse con juegos por Steam es lo mejor, qué asco el contacto humano, puarj

2ª parte: descubrir qué pasa con (la calientahyrules) Zelda

Temiendo que Robin Williams viniera a mi casa a comerme o a ponerme sus muecas de estreñido (qué cruz tener a este hombre como padre, ays, Zelda Williams, tu día a día debe de ser más estresante que vivir en un GAME) jugué con fervor a la última Nintendada, animado con las notas de diversos medios y la pasión de algunos hacia este título (¡¡Revoluciona la saga, el Wiimote a tope, el Zelda más maduro!!), pues ni tanto ni tan medio.

Jugando a… Skyward Sword y sobre las tiendas GAME

Pena de hija… Ays

Una cosa que me amarga de Nintendo es su constante, “la gran (constante) N”, presente en todos sus títulos, un valor que se repite como sello de calidad o signo identificador o vaya usted a saber qué, que a mí se me antoja más como un viejo al que le asusta lo nuevo; y la compañía no se baja de la burra ni a tiros, haciendo sólo cambios, eso sí, en lo superficial una y otra vez, una y otra vez.

Sin ser yo muy fan de Zelda, pero habiendo jugado a unos cuantos, me he encontrado con otro más con el que, esta vez, puedes mover el mando como una extensión de la espada de Link, con una simulación que falla al solaparse el empleo de dos herramientas a un mismo tiempo (te pones una bomba sobre la cabeza y la quieres lanzar, pero si agitas demasiado el mando, Link saca la espada y la bomba aterriza sobre tu cocorota) en ciertos retos donde hay que hacer cosas concretas con el arma ( hacer ataques frontales, picados hacia delante con la espada es un infierno, así como mover la espada a la derecha para engañar al enemigo, poniendo él a su izquierda su escudo con la intención de cambiar luego rápido tu arma para el otro lado y golpearle por su flanco descubierto. No funciona y tu arma acaba en su defensa y tú en el suelo sin corazones) y el uso indiscriminado y muchas veces sin sentido del wiimote plus, que sí, que es el título donde mejor funciona el cacharro y la verdad es que hay partes muy divertidas gracias a él, pero llega a aburrir y saturar. Tedioso es manejar al Epona de plumas rojas con el mando como si este fuera un dardo, pero tener que pulsar el botón “abajo” de la cruceta cuando queremos lanzarnos al vacío, decisiones de control muy poco cómodas y que pierden muy rápido la gracia.

Otro tema es la extrema linealidad de algunos enemigos que sólo pueden ser eliminados moviendo el mando de una forma concreta. Esta reflexión se la escuche a Sam en Arcadia Gamers (el programa ha ganado muchísimo ahora que participa él… ays, Último Nivel) y es terriblemente cierta: se han desaprovechado muchas oportunidades que ofrecía la espada en su interacción con los enemigos, reduciéndose sólo a golpear de manera concreta puntos débiles obvios o a engañarlos nosotros para que estos aparezcan, una y otra vez, una y otra vez… En cuestión de bosses, esto se traduce en que hay algunos en los que se hace muy divertido hacer que los saquen a la luz y machacarlos y otros en los que un coñazo; o te invade una sensación de “esto ya lo he visto y tampoco me gustó de aquellas”.

Con la espada como protagonista indiscutible del último relato de Aonuma, tanto en la historia como en lo jugable, este último Zelda no es tan maduro ni cuenta con una trama que enganche desde el principio como se pretendía, al menos, en lo que a marketing se refiere o en la moto que a mí me vendieron y yo compré. Yo contaba con una historia elaborada, de buen ritmo y con un malo cojonudo, no con ese pintamonas de Grahim que es una especie de Kefka descafeinado que no convence ni gusta. Tampoco me hace chiste cómo fluye la relación entre Zelda y Link, muy superflua en su arranque, ni la de éste con su pueblo natal… Es todo muy forzado.

Sin embargo, donde este Skyward Sword luce con luz propia es en las mazmorras y en los lugares previos a ellas, te lo pasas como un enano explorando, usando objetos (algunos más cabrones de usar que otros) resolviendo pequeños puzzles… Y te olvidas de que la trama, tras quince horas, no te ha conseguido atrapar, no recuerdas tanto que ya no te hace gracia matar agitando el mando, de manera precisa, eso sí, al mismo enemigo de la misma manera. Lo que sí que no te puedes quitar de encima es a la nueva ayuda coñazo: “Link, te quedan pocos corazones, Link, tu escudo se va a romper, Link, Link…” ¡¡POR DIOS, HADA CIBORG DE LOS COJONES, CIERRA LA BOCA YAAAA!!”. Una nueva molestia que viene de regalo con la espada.

Jugando a… Skyward Sword y sobre las tiendas GAME

Explorar mazmorras mola y aunque las de SS sean lineales y cortitas, molan

Y es que este Skyward Sword es eso: un juego superficial e incómodo de jugar. Me da pereza iniciar una partida, me produce sopor tener que agitar el mando para todo y que a veces éste falle en situaciones donde no debería. Esto se enfrenta a lo bonito que es el juego y a partes muy divertidas que éste tiene en sus adentros; pero no ha conseguido ni meterme en la historia, ni apasionarme el conjunto de opciones que ofrece. Me molesta que se me caigan bombas en la cabeza, me incordia que Fay (el hada ciborg que mencionaba antes) me esté dando el coñazo con sus opiniones, que las conversaciones con la gente, pese a tener una labor de traducción gloriosa, no se puedan pasar rápido aunque siempre te repitan lo msimo, que el sistema nuevo de escudos, en el que hay que mejorarlos y cuidarlos porque se rompen no acabe funcionando (voy siempre sin él y da igual), etc, etc, etc.

Para mí, estas pegas son mucho más fuertes que sus virtudes y me hayan hecho dejar el juego cuando me han pedido que haga cierta cosa en la que tengo que revisitar un mundo al que ya he ido ¡Perezón!. No. El mejor juego de Wii de rol sigue siendo Xenoblade Chronicles. Y me reafirmo en la idea que el control de movimientos es innecesario, porque por muy exigente que suene por mi parte: o es totalmente real y perfecto o siempre será un engorro.

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