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Jugando a…Dead Island

Publicado el 11 octubre 2011 por Mugen

La mezcla de elementos está a la orden del día ¿Dónde están los plataformas? ¿Y el roleo puro? Dead Island es uno de esos juegos por los que esta generación será recordada: la mezcla de todo con el leveleo y el FPS por delante

 

Jugando a…Dead Island

 

“Cerebros, bien…”

 

Pero Dead Island va un pasito más allá, porque si Fallout fue un roleo con FPS o Borderlands un action rpg con FPS y coop y más gaitas, Dead Island mezcla lo ya mezclado y sigue avanzando; con acierto. La base de todo el meollo, como ya sabréis, es un repentino alzamiento del movimiento zombie en unas islas paradisiacas y, como no, que nosotros seamos invulnerables al mordisco de amor de los no-muertos nos hace los protas de la fiesta. Dije antes “con acierto” porque siempre me han gustado los protagonistas que, en películas de este estilo, donde la muerte se respira en el ambiente, son minuciosos, ordenados y de mente fría. Aún recuerdo con placer cuando el prota de 28 días decide cargarse a todos los malos de manera meditada mientras el mundo se derrumba a su alrededor. La cosa es que el componente rolero, incluso sin quererlo, le aporta ese grado de reflexión. Zombies everywhere pero hay estás tú, mirando el menú, escogiendo, calculando los puntos de experiencia, examinando tus posibilidades, queriendo matar a más asesinos despiadados caníbales para así avanzar; lo que es curioso porque ¿son realmente los zombies los que quieren alimentarse de ti o tú de ellos y su XP? Una extraña sensación cuando el juego se mueve en primera persona y te descubres a ti mismo corriendo a por los zombies con un palo en la mano y no al revés.

Es por cosas como éstas por las que el juego es realmente extraño, somos nosotros los que queremos matar zombies; y esto sería normal en un título humorístico tipo Lollipon Chainsaw pero se convierte en un completo mindfuck en Dead Island porque no hay humor a nuestro alrededor, sino gente gritando, rogando por sus vidas y nosotros pensando “Matar zombies… conseguir puntos de experiencia…bien” ¡¡El juego nos deshumaniza!! ¿Y podemos invitar a tres amigos más? De nuevo, como en la película 28 días (Espero que la hayáis visto porque es Dios) donde el protagonista se vuelve una máquina de matar más peligrosa que los propios zombies.

 

Jugando a…Dead Island

 

El leveleo siempre es bueno

 

Con todo, Dead Island adquiere un rigor bizarro de serie B, violento y carente de lógica, con una estructura que recuerda mucho a un RPG clásico donde no importa tanto el argumento y sí la obtención de recompensas; y de nuevo es extraño porque plantea un cierto misterio al principio ¿De donde vienen los zombies? ¿Por qué soy inmune? Pero pronto todo deja de importar, uno sólo quiere hacer misiones (de mensajero y derivadas) para gritar “genial” cuando la experiencia es ganada.

En esa mezcla, en esa deshumanización con forma de juego de rol – beat`em up (lo de escoger al personaje con esos stats tan de Street of Rage: fuerza, velocidad… me ha hecho gracia) con envoltorio Falloutero y Bordelandisco, con los zombies que caen ante nuestros golpe y que buscamos como alimento, donde el protagonista no quiere huir, ni ayudar, sino matar… es donde Dead Island tiene su bizarro encanto. Es un título que confunde, y mucho al principio; tiene un ritmo muy extraño, pero que consigue sumergirte en su rollito de leveleo, obtención de nuevas habilidades y pateo de culos zombies. Tiene personalidad, pero es diametralmente opuesta al feeling de aquel famoso trailer. Aquí no hay terror, hay consumismo, la mezcla de elementos ha creado algo raro y muy atractivo. Tú eres el zombie y ellos son sacos de puntos de experiencia. Bienvenido sea.

 


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