Jugando con Arte para comunicar

Ponernos en marcha en alguna actividad concreta enfocada con un fin artístico, como un ejercicio de educación auditiva significa hacer algunos preparativos. Se cuenta de antemano con nuestro deseo de ejecutarlo y experimentar nuestro acercamiento a una nueva realidad desde esa acción. Ser conscientes de que el primer paso a conseguir es una toma de contacto tanto con el espacio en que estamos, observarlo y distinguirlo físicamente, así como con nuestro instrumento, del cual es necesario tener la máxima información de él, para un uso correcto. Ya sea nuestra voz o un objeto.
Es necesario jugar con nuestro instrumento para familiarizarnos con él y con nosotros mismos en ésta nueva aventura. Investigar durante la acción de este acercamiento, probar con diferentes sonidos, probar con nuestra capacidad auditiva, nuestro control del aire, nuestra energía. Al principio todo parece confuso y muy difícil, es normal, estamos ante un desconocido, y como pasa en estos casos hay una presentación, que siempre es mejor acompañarla de un juego para romper el hielo y así comenzamos a crear el diálogo.
También es necesario conocer lo básico de nuestro instrumento ¿cómo habla?, ¿cómo se expresa?. Creando diálogos a través de las notas musicales y junto al profesor que nos enseñará a tocarlas, así como los detalles y la información básica de la teoría musical. Es un nuevo idioma el que estamos aprendiendo con grafía e interpretación distinta a la habitual, y necesitamos de su traducción para poder expresar libremente, viviendo nuestro aprendizaje como una agradable experiencia. Cuanto más conozcamos, más enriquecedora será la  vivencia  y más aún si se hace en equipo, con un objetivo marcado, con la gran posibilidad de generar vínculos, y crear nuevas experiencias que serán únicas.
Con esta pequeña base sobre las notas musicales continuemos buscando la mejor posición para tocar nuestro instrumento, punto éste de vital importancia, si deseamos ser oídos, y sobre todo para evitar invertir más energía de la necesaria, pues nuestra concentración debe estar puesta en un acople perfecto entre nuestro cuerpo y nuestro instrumento, evitando llevar la atención a otros focos que no sea el mencionado. Caminando en nuestro juego descubriendo diferentes notas en la misma o en diferentes claves, distintos tonos musicales, repetir contínuamente la escala, subirla y bajarla, es decir todo aquello que se nos ocurra, nos hará motivarnos cada vez más en la acción del juego. Llevándonos a descubrir facetas dormidas que estaban esperando despertar. Especialmente si realizamos esta actividad en grupo, será aún más estimulante y divertida, creando una base de apoyo más amplía para crear registros, más productiva.
Si nuestro deseo o el de nuestro departamento es aprender de forma rápida, pero sobre todo más práctica y productiva, es bueno tener presente, que las actividades grupales proporcionan un desarrollo mayor, no sólo en cuanto a creatividad, sino también en cuanto a rentabilidad.
Sólo el desarrollo de las actividades de manera contínua nos va a permitir que la expansión de nuestra creatividad recorra caminos posiblemente increíbles, pero que están ahí por si surge el deseo de ver que hay debajo.