Tarragó celebra uno de sus dos goles en las semifinales - EFE.
“Un equipo ganador se distingue por un aura especial, esa actitud de seguridad, entusiasmo, confianza y alegría que comparten todos los integrantes. Así como en una persona exitosa, el entusiasmo es una señal de identidad de un equipo verdadero, de que existe comunión entre sus jugadores”. Lo escribe el padre, Xesco Espar, que ganó como técnico la Copa de Europa de balonmano con el Barça, en su obra Jugar con el corazón. La excelencia no es suficiente. Y lo ponen en práctica su hija Annie y el resto de la selección de waterpolo, que han alcanzado la final olímpica tras vencer 9-10 a Hungría en sus primeros Juegos jugando así, con el corazón. Annie Espar y Tarragó fueron las líderes de un grupo sin egos y repleto de humanidad y competitividad. Un grupo en el que se reparten las responsabilidades y que sólo ha empatado un partido en todo el torneo, precisamente contra su rival por el oro, Estados Unidos, y al que le hizo un parcial de 3-0 en el último instante. Anni Espar fue la última anotadora de aquella reacción épica y quien empezó a desarbolar a Hungría, participando en los cinco primeros goles de España, marcando tres y dando otros dos a Pili Peña, que sería eliminada justo antes del descanso, y a Ona Meseguer para el 2-5 en el ecuador del segundo cuarto. Laura Ester hacía intervenciones de mérito y recibía la ayuda de sus compañeras, como la mano providencial que sacó Lorena Miranda. Como genial fue el primer Tarragó (3-7), replicado por un parcial de 3-0 de las húngaras, crecidas por el ímpetu de Bujka y Keszthel. Y ahí surgió de nuevo Tarragó con otro tanto de quilates. “¡Vamos, joder”, gritaba Peña en el banquillo y poco después Espar, reservada por tener dos exclusiones, marcaría el 7-9. El grupo de Miki Oca no perdió los nervios en el carrusel de exclusiones –y de eliminaciones– de unas y de otras, justas o injustas. Se centró en defender –sirva como ejemplo Jennifer Pareja, desacertada estaba vez ante la portería y bien en defensa, bloqueó un tiro de Keszthel–. A cuatro minutos del final la boya Maica García marcó el 7-10 y la selección supo resistir y se aseguró la final olímpica con una recuperación de Tarragó. Jugando con el corazón. HUNGRÍA 9: Bolonyai; Czigany (1), Szucs (2), Dravucz (2), Keszthely (1), Bujka (1), Menczinger -equipo inicial-, Antal (2, 1p), Csabai, Kisteleki, Takacs), Toth y Gangl (ps). ESPAÑA 10: Laura Ester; Espar (4), Ortiz, Pareja, , Maica García (1), Laura López -equipo inicial-, Peña (2), Bach , Meseguer (1), Tarragó (2), Miranda y Blas. Árbitros: Dreval (RUS) y Bervoets (NED). Exclusiones: Szucs (2), Menczinger, Czigany, Toth (2), Antal, Takacs (2). Eliminadas; Dravucz y Csabai. Bach (2), Tarragó (2), Pareja, López Ventosa (2). Eliminadas: Peña y Espar.