Revista Deportes
El Barça se ha acostumbrado a jugar andando, y a veces como últimamente, paseando que es como andar pero aún sin cansarse. Sin ganas, sin alma, como si fuera un coche que lleva una gasolina sin el octanaje adecuado, el barça pasea por los campos como un espectro, como un fantasma al que poco le importa lo que ocurre.
La primera parte del Calderón ha sido lo más triste que le he visto últimamente a mi equipo. Ver enfrente a unos jugadores que parecían jugarse la vida mientras los nuestros parecían el colista de un grupo de Champions que no se jugaran nada quita la ilusión y hace que nos preguntemos ¿qué ha pasado? y ¿cómo han llegado tan muertos a este final de temporada?
La segunda parte fue otra cosa, pero Oblak apenas intervino un par de veces.
Y tras el espectáculo me niego a discutir sobre el penalti, que lo fue, y claramente dentro. Pudo haber llegado la prórroga(aunque con los promedios que llevamos tampoco apostaría en exceso que hubiera sido gol) pero Rizzoli se equivocó, entre otras cosas porque con la campaña que se ha montado, como para pitar en campo contrario un penalti en el último minuto, pero hay que reconocer que el Atleti ha sido superior, ha sido mejor que nosotros, y que jugando así no creo que podamos ganar ni la liga si no cambian las cosas.
Poque en la liga necesitamos 15 puntos sobre 18 y andando no le puedes ganar a casi nadie, y menos a esos equipos que se juegan el descenso y que van a salir a morder mientras los nuestros posiblemente seguirán caminando.
El otro día en mi editorial de El Penalti mantenía ciertas esperanzas de que si ganábamos hoy con autoridad podíamos repetir triplete.
Ahora me conformo con que no nos pillen en la liga.