Jugar por jugar IX

Por Salma Abdola
Quería empezar hablando de los beneficios del juego para nosotros, los adultos, ya hemos hablado otras veces de lo importante que es para l@s niñ@s, lo único imprescindible para jugar es dejarse llevar, eso que a los adultos nos cuesta tanto, soltar responsabilidades, olvidarnos del reloj y dejar de controlarlo todo, hay gente que hace taichi, otros meditación, otros van al psicólogo... El juego es una gran terapia para los adultos, como cada niñ@ es diferente se trata de encontrar en nosotros y en ellos ese momento de complicidad, cada madre-padre sabe bien cómo sacarle una sonrisa a su hij@, y cada hij@ sabe bien como sacarle una sonrisa a sus padres.
Un día estaba yo cerrada en el baño y la peque empezó a llamarme, entonces se me ocurrió coger un pedacito de papel higiénico y se lo pasé por debajo de la puerta, ese fue el día que descubrí que el fallo de casi 1cm. que tiene mi puerta del baño en realidad no era ningún fallo. Después de eso ella me incitaba a que cerrara la puerta así que el juego empezó a complicarse, le pasaba cualquier cosa que tuviera a mano y que fuera plana, como los imanes de la nevera..., luego empecé a envolverle esas cosas con el papel y ella esperaba su "carta" y me devolvía el pedacito de papel, a veces empezaba a deslizarle "la carta" de un lado a otro, y aunque no puedo verla me la imagino con su manita intentando atraparla y moviendo su cabecita como en un partido de tenis, eso sí, la intuyo y la oigo reirse y decirme “más mami”, se pueden hacer dibujitos, caras sonriendo...
Hablando del baño aprovecho para enlazar otra actividad que nos divierte, pintar en el espejo del baño con espuma de afeitar, también puedes aprovechar su reflejo, su imagen, para pintarle barbas de papa noel, un sombrero, o lo que se nos ocurra.
Estoy buscando algún tipo de conexión para enlazar esos juegos que se me han ido quedando atrás, así que ya que estamos dibujando, una forma diferente es usar una pajita o cañita, ponemos sobre el papel un poquito de pintura de dedos, y luego soplamos para que la pintura se vaya extendiendo, si lo hacemos con varios colores y desde distinto ángulo del papel quedan unos abstractos muy curiosos.
Si les divierte el tema de soplar usando cañitas o pajitas se puede jugar marcando una línea divisoria y con una pelota de ping-pong (u otro objeto poco pesado y redondo), soplando hay que intentar introducirla en el campo contrario mientras el otro intenta hacer lo mismo en tu campo, cuando aprendes a controlar la dirección de la pelota el partido se vuelve mucho más divertido.
También usando pelotas de ping-pong, personalmente prefiero para este juego pelotitas saltarinas, podemos jugar a atraparlas con el colador, las hacemos botar una vez y luego intentamos cazarlas.
Una variante divertida mientras esperamos la comida sentados en la mesa es usando un tubo de cartón (ya he dicho otras veces que tienen muchísimas utilidades), lo inclinamos sobre la mesa, hacemos rodar un garbanzo por dentro al tiempo que avisamos al otro, ¡va¡, el niñ@ tendrá que intentar atrapar el garbanzo revoltoso con el colador una vez rebote en la mesa.
Hay un párrafo del libro El Alquimista que después de ser madre tomó para mí un nuevo significado, dice así:
"Siempre hay en el mundo una persona que espera a otra, ya sea en medio del desierto o en medio de una gran ciudad. Y cuando estas personas se cruzan y sus ojos se encuentran, todo el pasado y todo el futuro pierden su importancia por completo, y sólo existe aquel momento y aquella certeza increíble de que todas las cosas bajo el Sol fueron escritas por la misma mano. La mano que despierta el amor y que hizo un alma gemela para cada persona que trabaja, descansa y busca tesoros bajo el sol. Porque sin esto no habría ningún sentido para los sueños de la humanidad."