Revista Maternidad
Para los que van creciendo
Por Salma Abdola
Noa ha entrado en una nueva fase, está totalmente creativa, lo cual explica porque he tardado tanto tiempo en escribir, hay dos palabras de las cuales ya no me acuerdo de su significado, silencio y aburrimiento.
En el preciso momento que escribo estas líneas está creando un juego que merece la pena ser compartido. Hace ya tiempo le preparé un spray, lleno con agua, para que me "ayude" a limpiar, ella limpia muebles y azulejos con su spray en una mano y un rollo de servilletas bajo el brazo. Está separando los cuadraditos de papel, los extiende en el suelo, los humedece, y, con mucho cuidado los levanta por los extremos y los pega en el ropero, ya lleva empapelado medio ropero, está totalmente ausente en su mundo de fantasías y no pienso ser yo la culpable de limitarla a la realidad.
Otro juego que está de moda en mi casa es jugar a los contrarios, le encanta, dice que no y asiente con la cabeza, dice que sí y niega con su cabecita, le digo de pie, y se sienta, silencio..., moverse..., (ojo, quiero explicar que esto no es psicología inversa, cosa que no apruevo, tenemos claramente pactado que es un juego).
Por esta linea de expresión corporal jugamos que somos casas, entonces digo, mi azotea, y nos tocamos la cabeza, o bien la azotea del vecino y le tocamos la cabeza al de al lado, mis ventanas, señalamos los ojos, mis balcones, las orejas, mi puerta, la boca, mi nevera, la tripa, mis ascensores, los pies...
Otras veces cuando necesito frenar un poco el ritmo, simulamos que somos globos, globos inflados, inchamos los mofletes, sacamos barriga, arqueamos los brazos... y luego nos vamos desinflando, soltamos aire a la vez que vamos pegando los brazos al cuerpo y nos vamos encogiendo, a mi me sirve, ya me contarán si a ustedes también.
Los tres años es realmente la etapa de los juegos de simulación, a veces usamos cualquier cosa como barita mágica y nos convertimos en algo, por ejemplo, conviertete en... mariposa, si ella me convierte en gato, yo la convierto en ratón y corro detrás hasta que ella me convierte en otra cosa y así.
Como a tod@s los niñ@s les gusta ponerse tacones el otro día se me ocurrió usar dos macetas de plástico, colocadas boca abajo y cerca del culo de la maceta le hice unos agujeros a los lados, pasamos un cordón por ellos y los usamos de zancos para caminar, subimos a l@s peques y se lo atamos a los pies. Mejor estar cerca...
Una actividad que me gusta mucho, la he provado con niñ@s más mayores, Noa participó pero igual no entendió del todo el juego, igual sí, se trata de dibujar monstruos, cada uno coge papel y lápiz y se colocan a una distancia razonable para que nadie más pueda ver lo que hacen, cada uno dice un rasgo, por ejemplo, el monstruo tiene tres ojos, y los dibuja cada uno en su hoja, otro dice el monstruo tiene cinco pies, y así sucesivamente, el dibujo ha de mantenerse en secreto hasta el final, entonces todos enseñan sus monstruos a la vez, es muy divertido y le encuentro una moraleja buenísima, todos los monstruos tienen lo mismo pero todos son diferentes, y, que cada uno tiene su propia perspectiva original y única aunque partamos de un mismo patrón.
Supongo que con esto ya teneis unas cuantas ideas para salir de la rutina, vaya, otra palabra que me suena de algo pero ahora mismo no caigo. La frase que quería poner va dedicada a mi princesita autora del noventa por ciento de este post. El corazón tiene razones que la razón no entiende. Por eso mi amor guiate siempre por tu corazón y él te llevara a vivir una vida repleta de experiencias, algunas malas, y otras buenas, pero llenarás tu alma de maravillosas aventuras.