Como hemos comentado en otras ocasiones, nos parece importantísimo fomentar la creatividad en los niños. Una manera genial de hacerlo es dando rienda suelta a su vena artística a través de la pintura.
Los niños tanto grandes como pequeños suelen disfrutar mucho de pintar con las manos, y con los pies también, la textura de las pinturas es bastante agradable y permite hacer cuadros muy divertidos. La experiencia sensorial de tocar las pinturas con los dedos, de espacirlas sobre el papel con su textura cremosa es verdaderamente deliciosa y relajante. Un requisito indispensable cuando queremos pintar con los más pequeñitos es conocer los ingredientes de la pintura y asegurarnos de que ninguno de ellos sea tóxico.
Una manera sencilla de saber qué contienen las pinturas, y por ende de estar tranquilos, es de prepararlas nosotros mismos en casa. Es muy fácil hacerlo y nos servirá para aquellas tardes de lluvia interminables en que estemos aburridos en casa.
Ingredientes:
- 2 tazas de harina de trigo
- 2 1/2 tazas de agua fría
- 2 tazas de agua hirviendo
- 2 cucharadas de sal
- Colorante alimenticio
- Tarros herméticos pequeños para guardar cada color por separado
Procedimiento:
- Mezcla los ingredientes secos.
- Añade el agua fría revolviendo constantemente hasta obtener una textura homogénea.
- Vierte las 2 tazas de agua hirviendo en una cacerola y añade poco a poco la mezcla fría.
- Revuelve constantemente la mezcla con un batidor de mano, hasta llegar al punto de ebullición para garantizar una textura cremosa y homogénea.
- En caso de que la mezcla tenga grumos, podemos licuarla por un par de minutos y luego colarla.
- Separa la mezcla en envases individuales y añade colorante alimenticio a cada porción hasta obtener el color deseado.
- Conserva los tarros cerrados herméticamente luego de cada uso.
¿Y tú? ¿Pintas con tus hijos? ¿Te animas a preparar estas pinturas y colgarnos una foto en nuestro muro?
Foto © Emely/cultura/Corbis