Juguetes que molan I: Nuestra muñeca de Begocosas

¡Llegó la vuelta al cole! (madre, lo que me ha costado arrancar) y con ello pequeñas novedades que irán apareciendo poco a poco. La primera: esta nueva sección.
Nuestra LittleAna ya tiene sus tres años cumplidos y en este tiempo hemos dado con muchos tipos de juguetes, pocos pasarán a la historia y por ello quiero que tengan aquí su hueco. El primer motivo es mi hija, quiero que cuando sea mayor vea como eran sus juguetes y el segundo es compartirlo por si tenéis que hacer un regalo o queréis probar con algo nuevo en casa (¿os fiáis de mi palabra? ¡valientes!).
Para inaugurar la sección quiero de la muñeca que le encargamos a Begobolas, una mamá bloguera con mucho arte que se animó y montó su tienda en Etsy.

Silvia, que así es como ha bautizado Ana a su muñeca es muy especial porque es única, no hay dos como ella y, si tengo bien entendido, es la primera con gafas (pero no la única) ¡cómo mi chica!.
Para Ana las muñecas de tela son ideales, son blanditas ¡para dormir las mejores!, no tienen complementos que puedan perderse (siempre impecables), aguantan como campeonas bailes varios, abrazos estrujadores y lanzamientos a distancia sin inmutarse (y sin romper nada).

Tengo que reconocer que fui yo la que se enamoró a primera vista de las muñecas de Bego y temía que Ana pasase de ella pero le encantó (la siguiente foto la tomé según abrió el paquete y la descubrió), al ratín de tenerla nos sorprendió con un: -Muñeca, te quiero mucho-.

Por último quiero agradecerle a Begobolas el detalle del bolso bandolera que llevaba Silvia cargado de pegatinas chulísimas, no sé quien se alegró más: la mamá o la hija.
Ana tiene muchas muñecas pero las dos de tela son sus favoritas (más adelante hablaré de Lilí que también tiene su historia).

En fin, ¡ánimo a todos con la vuelta al cole y feliz Otoño!
See you later alligator!
En esta sección sólo hablaré de juguetes que nos gusten, mi blog no tiene tanto caché como para que me paguen por estas cosas así que estas recomendaciones van sin trampa ni cartón (eso si, cada niño es un mundo).