Juguetes sensoriales en la infancia

Nadie, hoy en día, puede negar la enorme importancia de jugar para los niños, tengan la edad que tengan. El juego, en la primera infancia y más allá de ésta, es esencial para los más pequeños por ser uno de sus principales modos de aprendizaje junto con la imitación de conductas. Es jugando y experimentando, precisamente, como los niños aprenden sobre el mundo que les rodea. De este modo aprenden sonidos, texturas, aromas, palabras, además de las imprescindibles habilidades motrices, cognitivas, emocionales y sociales que les permitirán desarrollarse adecuadamente. Hoy hablamos de los juguetes sensoriales y su importancia para el aprendizaje de nuestros hijos.

Juguetes sensoriales para estimular nuevas conexiones cerebrales a través de los 5 sentidos

Los juguetes sensoriales en la infancia contribuyen, sin duda, al correcto desarrollo cognitivo de nuestros hijos o alumnos. En este post te hablaré de ellos y de la importancia que tienen no solo el entretenimiento y distracción de los más pequeños, si no sobre todo para sus aprendizajes. Tanto si eres padre, madre, maestro o educador este artículo te interesa.

Es sabido que, durante los primeros meses de vida hasta aproximadamente los 6 años, los niños exploran el mundo y aprenden básicamente a través de sus sentidos (vista, tacto, oído, olfato y gusto). Es por este motivo por el que educadores y profesionales de la educación y salud infantil insistimos en que reciban una correcta estimulación a lo largo de su primera infancia. Con esto no quiero decir que más allá de esta edad deje de ser importante el uso de juguetes sensoriales. Jugar es imprescindible a cualquier edad, pero durante los 6 primeros años la estimulación sensorial es imprescindible para ayudar a los más pequeños a construir nuevos aprendizajes.

¿Por qué es importante la estimulación sensorial y el uso de juguetes sensoriales?

La respuesta es sencilla. Al interaccionar con un objeto a través de todos nuestros sentidos nuestro cerebro recopila mucha más información que posteriormente integrará y ordenará para crear nuevos aprendizajes. Unos aprendizajes necesarios para poder organizar, clasificar, asociar y recordar toda aquella información que nos llega de nuestro entorno.

Padres, maestros y educadores debemos procurar ofrecer a nuestros hijos o alumnos la oportunidad de experimentar con diferentes sonidos, texturas, aromas, sabores u objetos, ya sean de creación propia o mediante juguetes sensoriales específicamente pensados para estimular una determinada área cognitiva.

Existen multitud de juegos y juguetes sensoriales que nos permitirán estimular a nuestros bebés casi desde los primeros días tras su nacimiento. Desde sencillos sonajeros a juegos de formas o texturas cada vez más complejos para que podamos ofrecerle la estimulación adecuada en cada etapa de su desarrollo. No temas en ofrecerle todo tipo de pelotas, puzzles, juegos de formas, plastilinas, espejos irrompibles, letras táctiles o permitir que trabaje sobre mesas de luz, hoy en día tan de moda.

A medida que los niños van creciendo tendremos que ir aumentando la dificultad y proponiendo nuevos retos sensoriales, cada vez más complejos, como por ejemplo pedir que recuerden una textura, un olor o un sonido a un determinado objeto que podemos tener in situ o en tarjetas de imágenes.

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