¿Por qué lo afectados por el medicamento Talidomida no han recibido aún Justicia… y compensaciones por los terribles daños sufridos? Todo el mundo, menos la defensa del laboratorio Grünenthal, se lo preguntaba esta mañana en la sala del tribunal en que se ha celebrado el esperado juicio -57 años, en concreto- juicio.
¿Sabéis que el prospecto que los laboratorios hicieron para vender su medicamento en Alemania advertía de daños que aquí no? (lo mismo ha ocurrido con posterioridad con Agreal, Francia explicó daños que in Spain no se detallaron).
En el país de Merkel el juicio se celebró en 1971 y se ofrecieron indemnizaciones a sus sufridores que se han actualizado con los años pues los daños como eran imprevisibles continúan apareciendo.
Lo que se ha dirimido esta mañana en Madrid es la demanda civil por responsabilidad civil extracontractual que ha interpuesto Avite (la asociación de víctimas de la Talidomida en España) contra Grünenthal España, que cuando ocurrieron los hechos, finales de los años sesenta del siglo pasado, se llamaba Medinsa.
El único testigo que ha declarado en la sala ha sido Guillermo Castillo, abogado Grünenthal-Medinsa. Ha dicho que la fecha de retirada del fármaco fue noviembre de 1961. Pero se sabe que Medinsa propuso no informar a las autoridades de los daños de la Talidomida, “eran los estandares de la época”, ha dicho Castillo, que ha insistido en que hace décadas no había los controles de ahora (los laboratorios suelen conformarse con cumplir la ley, en el mejor de los casos, pero si la ley es poca dura…). Todo lo que ha acertado a decir ha sido: “supongo que se avisó a los médicos”.
Los documentos de la defensa prueban que la Talidomida estuvo vendiéndose hasta mayo del 62. También se ha documentado que hubo publicidad del medicamento en España en el 61 sin advertir de los riesgos que ya se conocían (sobre todo de malformaciones en el feto durante el embarazo -la sala estaba llena de personas nacidas sin brazos ni piernas o con estos defectuosos, pintando un cuadro dantesco que por suerte para ella la abogada del laboratorio no ha tenido que mirar de frente por la disposición de la sala.
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No hubo difusión pública de los daños ni se contactó con afectados en su momento, aunque luego se creara la Fundación Contergan (nombre del medicamento hecho con Talidomida). Hoy, como ha reconocido Castillo, Grünenthal es una empresa saneada económicamente.
Como ha quedado acreditado, la abogada del laboratorio ha elaborado en su estrategia varias cortinas de humo para intentar confundir a la jueza (algo que también hemos visto en juicios como los celebrados por Agreal).
La más simplona ha sido la del lío con los nombres de empresas; aprovechar que la demandada en España forma parte de un grupo de numerosas empresas para intentar exculparse. También el intento de que Avite no pudieran demandar como asociación, un ruin malabarismo procesal (¿que teme el laboratorio si la verdad está en su posesión, según ellos?).
En Alemania pagaron 500 millones ¿por qué si no se sentían culpables? Y es que el fármaco por mucho que haya pasado el tiempo ha causado un daño continuado porque es impredecible lo que hace dentro del organismo de sus víctimas. Ahora se van descubriendo nuevos daños e impedimentos. Cuenta la defensa de las víctimas que hay dentistas que en encuentran nervios cambiados de sitio.
La defensa de Grünental ha insisto en que su producto se vendió poco (¿que tiene que ver poco con más o menos dañino? Pero además no fue poco -reconocen al menos 40 kilos puros de la droga Talidomida vendidos en España, lo que equivale a varios millones de pastillas puestas en el mercado. Explican que avisaron de los daños, que todo ha prescrito y que fueron muchos los laboratorios que la vendieron (como queriendo decir que ellos no son los únicos “culpables”). Aluden mucho a lo procesal, las normas que marcan los juicios, como queriendo impedir su realización o correcto desarrollo.
Pero cuando ha llegado el momento “no digo la verdad … me pagan bien” ha sido cuando han dicho que los abogados de las víctimas no justifican en su demanda fechas de nacimiento ni malformaciones (conocen bien las fechas, las tienen) o cuando se quejan de que no se ha demandado a los demás distribuidores. ”Los efectos teratogénicos fueron imposibles de prever”, argumentan también.
Dicha parte insiste en que le parece injusto juzgar ahora esto. Y que ha prescrito. “Se debe desestimar la demanda”, dicen (luego la abogada salió corriendo y no atendió a la prensa, lo que le supuso algunos “piropos” por parte de las personas afectadas).
Que hable la Justicia.