Revista Cultura y Ocio
No es la primera vez, claro, que escribo sobre ella. A su madre, a su hermano y a mí nos ha dado tantas alegrías siempre, que hoy, que cumple treinta años —qué maravilla— parece que todo lo normal se convierte en extraordinario. Trabaja y vive en Kilkenny (Irlanda) y nos contenta a todos con su contento. Todas las madres —yo también— se figuran al correr de los años a sus hijos crecidos como el día en que nacieron, y se maravillan al contemplar la edad adulta con el recuerdo de aquella fragilidad primera, cuando todo era cuidados, como ahora. Nada cambia después de que todo sea ya diferente. Son treinta años, que han pasado por todos, y por fortuna. Palabras para Julia que no voy a repetir; aunque insista en que he vivido con ella mucho y quiero que sea así todos los días de mi vida. Felicidades.