Los dos grandes poetas puertorriqueños que me iniciaron en el arte de coser versos, de vertirme en palabras, en mis años de formación educativa fueron la feminista negra Julia de Burgos y el blanco enamorado de la negritud Luis Palés Matos: dos iconos de lo que nos resulta ancestral.
Una de las cosas que siempre me fascinó de Julia De Burgos es el modo en que en su Poema para mi muerte profetizó su muerte en detalle. Subyacente en sus versos estaba un espíritu bien fiero y emancipado de mujer negra feminista. Hoy es sacrílego ser boricua y no conocer su obra ...
Yo misma fui mi ruta
Yo quise ser como los hombres quisieron
que yo fuese: un intento de vida;
un juego al escondite con mi ser.
Pero yo estaba hecha de presentes,
y mis pies, planos sobre la tierra promisora
no resistían caminar hacia atrás,
y seguían adelante, adelante,
burlando las cenizas
para alcanzar el beso de los senderos nuevos.
A cada paso adelantado en mi ruta hacia el frente
rasgaba mis espaldas el aleteo desesperado
de los troncos viejos.
Pero la rama estaba desprendida para siempre,
y a cada nuevo azote la mirada mía se separaba más
y más y más de los lejanos horizontes aprendidos:
y mi rostro iba tomando la espresión que le venía
de adentro, la expresión definida que asomaba
un sentimiento de liberación íntima;
un sentimiento que surgía del equilibrio sostenido
entre mi vida y la verdad del beso de los senderos nuevos.
Ya definido mi rumbo en el presente,
me sentí brote de todos los suelos de la tierra,
de los suelos sin historia, de los suelos sin porvenir,
del suelo siempre suelo sin orillas
de todos los hombres y de todas las épocas.
Y fui toda en mí como fue en mí la vida…
Yo quiese ser como los hombres quisieron que yo fuese:
un intento de vida; un juego al escondite con mi ser.
Pero yo estaba hecha de presentes;
cuando ya los heraldos me anunciaban
en el regio desfile de los troncos viejos, se me torció el
deseo de seguir a los hombres,
y el homenaje se quedó esperándome.
- Julia de Burgos
Carl Jung y Joseph Campbell hablaron mucho de lo que se conoce como la siquis colectiva de los pueblos: siempre me ha parecido curiosa la referencia en la poesía puertorriqueña a la reina africana, tanto en la poesía de Palés Matos como en el poema Ay, Ay, Ay de la grifa negra de Julia de Burgos.
Palés Matos hizo de la negritud su musa, la decoró de vitalidad, de sensualidad, no que la negritud careciera de ellas pero en sus poemas esta negritud se convierte en un cosmos, en una mitología antillana repleta de numinosidad, de dioses y espíritus afrocaribeños. Creo que esa es parte de la magia de Palés Matos: la facilidad con que se entrecosió con la imaginería que define la identidad regional.
Majestad NegraSoy terrícola, secularista y humanista.
Por la encendida calle antillana
Va Tembandumba de la Quimbamba
--Rumba, macumba, candombe, bámbula---
Entre dos filas de negras caras.
Ante ella un congo--gongo y maraca--
ritma una conga bomba que bamba.
Culipandeando la Reina avanza,
Y de su inmensa grupa resbalan
Meneos cachondos que el congo cuaja
En ríos de azúcar y de melaza.
Prieto trapiche de sensual zafra,
El caderamen, masa con masa,
Exprime ritmos, suda que sangra,
Y la molienda culmina en danza.
Por la encendida calle antillana
Va Tembandumba de la Quimbamba.
Flor de Tórtola, rosa de Uganda,
Por ti crepitan bombas y bámbulas;
Por ti en calendas desenfrenadas
Quema la Antilla su sangre ñáñiga.
Haití te ofrece sus calabazas;
Fogosos rones te da Jamaica;
Cuba te dice: ¡dale, mulata!
Y Puerto Rico: ¡melao, melamba!
Sus, mis cocolos de negras caras.
Tronad, tambores; vibrad, maracas.
Por la encendida calle antillana
--Rumba, macumba, candombe, bámbula--
Va Tembandumba de la Quimbamba.
Luis Palés Matos