"Es fantástico oler el fresco aire de Londres otra vez", declaró el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, al comparecer por primera vez ante periodistas y partidarios en las escalinatas de la Alta Corte de Londres en torno a las 18H00 (hora local y GMT).
El australiano, de 39 años, salió libre bajo fianza este jueves por la tarde, cinco horas después de que un tribunal londinenses confirmara que podía ser liberado con condiciones tras nueve días de detención en ejecución de una orden de captura sueca.
"Espero continuar mi trabajo y seguir afirmando mi inocencia en este asunto", agregó varios de sus partidarios gritaban con entusiasmo "Julian libre, libre, libre".
A principios de la tarde, la Alta Corte confirmó la puesta en libertad bajo condiciones de Assange, tras rechazar el recurso presentado por los abogados británicos que se ocupan de los intereses de Suecia en este caso.
Assange, a quien le será retirado el pasaporte, deberá llevar un brazalete electrónico y acatar restricciones de salidas nocturnas.
A partir de esta noche, Assange cambiará su celda de aislamiento, en la que según sus abogados vivía en "condiciones dickensianas" sin teléfono móvil ni acceso a internet o a prensa, por una mansión situada en el campo a unos 200 kilómetros de Londres, propiedad de su amigo y ferviente partidario, Vaughan Smith.
La fiscal que actúa en nombre de Suecia, Gemma Lindfield, alegó ante el juez que seguía existiendo un riesgo de huida mientras no haya un fallo definitivo en el proceso de extradición, cuya próxima audiencia tendrá lugar el 11 de enero y que podría durar meses.
"Ninguna condición es suficiente para asegurar su presencia en el tribunal", dijo la letrada, cuyo equipo decidió apelar sin consultar con Suecia.
Los abogados y partidarios del creador de WikiLeaks denuncian desde el principio las motivaciones políticas que según ellos hay detrás del pedido de extradición de Suecia, que temen que no sea más que una etapa para su posterior entrega a Estados Unidos.
"Creo que deberíamos mirar a larga distancia a la amenaza, no sólo de la extradición a Suecia, sino también a Estados Unidos", dijo a los reporteros el activista, periodista y documentalista John Pilger, uno de sus más convencidos defensores.
"Este es el gran tema del que no se habla en el tribunal", agregó.
Las autoridades norteamericanas, crecientemente indignadas por las revelaciones de WikiLeaks, han señalado en varias ocasiones que estudiaban la manera de acusarlo formalmente por la difusión de 250.000 cables comprometedores del departamento de Estado y de sus embajadas en el mundo. (Con informe de AFP)