Julián Muñoz

El sr. Muñoz colecciona más condenas que el Lute en sus mejores tiempos, con la diferencia sensible entre robar gallinas y enriquecerse , desde su inicial profesión de camarero, a costa de las arcas municipales pasando de la discreción propia de los desconocidos, a ser pareja de hecho de una famosa tonadillera de quien afirmó, en recientes fechas, no haber estado nunca enamorado. Ahora está en libertad, por el grave peligro que corre su vida, aunque lo primero que formalizó el ex-edil marbellí, fue su relación con una hermosa dama, treinta años más joven, imagino que a guisa de preparatoria hacia el tránsito definitivo, o no se entiende de otro modo la decisión judicial. Palmito y novia nueva pasean de la mano por la Andalucía de esta España cañí, mientras delincuentes de poca monta o desgraciados de otra naturaleza, siguen con sus huesos en el trullo, esperando el advenimiento de alguna bula que les permita delinquir de nuevo. D. Julián no lo hará. Como todo político que se precie, tengo el convencimiento de que dispone de cuantos medios precise para disfrutar el aparentemente largo tiempo de agonía que le aguarda y que -como no puede ser de otro modo- le deseamos muy prolongada desde este espacio. Lo cortés no quita lo valiente.