El mundo de los porteros es complejo. No hay ningún dato objetivo que permita establecer un ranking mundial. El más usado, los goles encajados, depende de demasiados factores como para ser considerado un parámetro fiable.
Afortunadamente, de vez en cuando la actualidad viene a echarnos una mano. Aunque en España se usa hasta el abuso la coletilla de mejor-portero-del-mundo cada vez que se habla de Iker Casillas, hay más grandes porteros por ahí. Como Gianluigi Buffon, Víctor Valdés o Júlio César.
El meta del Inter de Milán viene haciendo honor a su imperial nombre desde hace varias temporadas, pero la eterna frustración europea de su equipo mermaba su proyección. Además, es brasileño, y eso siempre es sospechoso en un portero. Desde la final de Brasil’50, para ser más exactos, cuando el Negro Barbosa sufrió su primera muerte. La otra, la de verdad, le llegó en 2000, entre el olvido y el desprecio de sus compatriotas, que jamás le perdonaron, ni le perdonarán, la derrota ante Uruguay, el celebérrimo Maracanazo.
Pero Júlio César parece dispuesto a destrozar prejuicios. Clave en la eliminación europea del Barça -para el recuerdo quedará su estirada inverosímil a un tiro envenenado de Leo Messi, ese gol que tantas veces le hemos visto a La Pulga, buscando el palo largo con un toque sutil de interior que primero se aleja del portero y luego acaba en la red-, a sus 30 años pretende acceder a un trono en el que muchos en Italia -entre ellos un tal Dino Zoff- le vienen situando desde hace tiempo.
Alto -1,86- y aparentemente pesado, es mucho más ágil de lo que anticipa su físico. Pero, sobre todo, es sobrio y seguro, académico y fiable como un Volkswagen. En este sentido, no parece brasileño, un país que suele producir porteros con alma de jugadores de campo y, por tanto, peligrosamente dados a las extravagancias.
Ahora, Júlio César aspira a un histórico triplete con el Inter de José Mourinho y Samuel Eto’o. Pero, sin duda, su gran sueño es ser campeón del mundo con Brasil en Sudáfrica. Aunque debutó en la meta de la canarinha en 2004, sólo fue tercer portero en el Mundial de 2006 y compitió no sólo con Dida, un buen meta, sino también con medianías como Gomes, Helton o Doni. Cosas del gran Dunga, que sólo vio la luz a partir de la Copa Confederaciones 2009. Ya indiscutible en el marco de la Seleçao, será el muro sobre el que se asiente la candidatura brasileña al hexacampeonato.
DNI. Júlio César Soares de Espíndola Duque de Caxias (Brasil), 3 de septiembre de 1979 Portero 1,86 metros PALMARÉS. Dos Copas Confederaciones FIFA (Brasil, 2009) Una Copa América (Brasil, 2004) Cuatro Ligas italianas (Inter, 2006, 2007, 2008 y 2009) Una Copa de Italia (2006) Tres Supercopas de Italia (2005, 2006 y 2009) Cuatro Ligas del Estado de Río de Janeiro (Flamengo, 1999, 2000, 2001 y 2004) DISTINCIONES INDIVIDUALES. Tercer mejor portero del mundo para la IFFHS (2009) 21º clasificado en la lista del Balón de Oro 2009 Compartir: