Revista Educación

Julio, mes de la motivación.

Por Thaibaby

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Al pensar en la motivación en la infancia, casi siempre asociamos este término al ámbito escolar. Probablemente porque hemos escuchado taaaantas veces, que el gran problema de los niños en el cole es la falta de motivación. Y así, sin plantearnos a veces , a qué nos referimos , utilizamos la motivación como escudo, como comodín o como justificación de todos los problemas o dificultades en el rendimiento de los niños y limitamos su importancia a este ámbito.

Pero la motivación es mucho más que la responsable de las buenas notas. Necesitamos motivarnos para todas las acciones que llevamos a cabo y que dependen de nuestra voluntad. Incluso para aquellas que en el presente ya se han convertido en hábitos, porque algún día, aunque hoy no lo reocrdemos, la motivación hizo que nos esforzáramos para instaurarlos.

La motivación es aquello que permite convertir las ilusiones en realidades , que nos impulsa a poner en marcha nuestros proyectos y nos ayuda a no abandonarlos incluso en los momentos difíciles. Es lo que nos mantiene en pie e ilusionados , aunque sepamos que la recompensa no será inmediata. En definitiva es como esa madre que no desiste a que demos nuestros primeros pasos, a pesar de las caidas, porque sabe que la recompensa del movimiento y la libertad de correr, bien merece unos moratones. Y esa madre estará siempre con nosotros si aprendemos a mimarla y a cultivarla.

Cuando los niños son pequeños la motivación fundamental, más allá de la satisfacción de las necesidades básicas, es la exploración. Descubrir los objetos, los sonidos y las cualidades de lo que les rodea. Si nuestros primeros impulsos son provocados por la fascinación por el aprendizaje, cómo puede ser que luego pasemos nuestra infancia “faltos de motivación” …Entre otros motivos , porque para motivarnos , necesitamos sentirnos artífices activos, debemos sentirnos atraidos por la recompensa final y/o por el proceso y sentirnos capaces y reforzados por el camino.Pero de esto hablaremos más adelante…el mes acaba de empezar ;)

Para motivarnos , primero debemos contar al menos con un fin y con un plan para lograrlo. Cuando hablamos de niños muy pequeños esta parte ya es difícil… porque ellos no tienen nuestra capacidad de abstracción ni planificación , ni pueden pensar a largo plazo. Pero eso no quiere decir que no tengan motivación. Simplemente la suya es más inmediata y con planes más sencillos. Alcanzar el sonajero cuando empiezan a reptar en la etapa del pregateo , es una gran motivación y ¡tienen un plan para hacerlo! Ya en este punto podemos ayudarles a mantenerla y a guardar un espacio en sus mentes para el ¡Puedo hacerlo!

Reforzar sus avances , calmar sus frustraciones y animarles a demorar, poco a poco, esa recompensa que es el sonajero , es un andamiaje perfecto.

Cuando hablamos de refuerzo no nos referimos a nada del otro mundo ni a representaciones sobre actuadas o alejadas del esfuerzo real. Abrazarles , sonreirles y darle un nombre a lo que acaba de pasar suele ser suficiente.
¡Qué bien, lo has logrado!

La motivación convive de la mano con la autoestima, porque si no creemos en nosotros mismos difícilmente, nos propondremos retos en nuestra vida. De manera que cuando estemos trabajando estos aspectos que pueden parecer mínimos, estaremos haciendo un doble trabajo.

A lo largo de este mes, hablaremos detenidamente , sobre cómo favorecer la motivación en las distintas edades y sobre los propios recovecos de la motivación.

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Espero que el tema os interese y que podamos compartir aprendizajes…


Julio, mes de la motivación.
Julio, mes de la motivación.
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