Liah S. Queipo personalmente tiene una pluma que me encanta y siempre que he leído algo de ella me ha entusiasmado, pero cuando lleguéis al final de Jump y cerréis el libro no solo vais a estar pensando en la historia durante varios días, sino también pensaréis que tenéis ante vosotros a una nueva Liah, que ha sido capaz de crear una trama que pese a la complejidad que tiene, no se ha dejado ningún cabo suelto.
Me ha gustado como empieza y como ha utilizado como recurso los flashbacks , pero estos no están puestos en cualquier sitio de la novela, están colocados estratégicamente y os daréis cuenta poco a poco de porque los ha colocado ahí, pero es algo que me ha hecho ver Jump con otros ojos, porque no cualquier escritor hace esto.
Desde que se inicia el viaje hasta que termina, todo esta tranquilo pero sientes que esa tranquilidad es extraña,es artificial y que alguien no cuadra, porque aunque tenemos una serie de personajes muy dispares como el ex de la protagonista, la amiga de la mejor amiga, el mejor amigo...Hay alguien que está haciendo cosas extrañas que ponen los pelos de punta, pero hasta el final no tendréis la respuesta.
Jump es como una tarta de chocolate, te dicen de que es pero hasta que no la pruebas no sabrás si tiene algo más dentro y una vez que la has probado, quieres más y más. Dicen que lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas,pero ¿Y cuándo un libro te enamora que haces? Contarlo a todo el mundo.¡Increíble!
Ahora os estaréis preguntando ¿Qué tiene de especial? Demasiadas cosas que no quiero contaros para que le deis una oportunidad.
Además que todo es muy visual, adoro cuando de alguna forma como lectora puedo viajar con la mente a esos lugares tan bien descritos por Liah.
¿Es todo tan serio? No, la autora utiliza un humor bastante peculiar que en algunas ocasiones quita algo de hierro al asunto pero los misterios siguen ahí y quieren ser descubiertos por el lector.