Revista Cine
Las situaciones derivadas de un embarazo inesperado, es indiferente si le sucede a una pareja adulta, a una pareja de adolescentes o a una chica destinada a ser madre soltera; suelen convertirse en problemas. En algunos casos se llega a tomar la decisión de abortar, en otros se decide tener al niño.
Si una pareja logra planificar un embarazo, en todos los sentidos, incluyendo la parte económica, para garantizar el bienestar del nuevo ser; tal evento debería ser motivo de enorme felicidad; sin embargo, en la vida real pocas veces se logra.
Cuando un embarazo inesperado le sucede a una pareja de adolescentes, los problemas son mayores. Se involucran los padres, hermanos, tíos, hasta abuelos; y la suma de todas las opiniones adultas no llegan a generar una correcta solución.
El cine ha tocado el tema, pero casi siempre se va por el lado dramático. No son pocos los filmes que buscan calar hondo en la sensibilidad, a fuerza de presentar la parte oscura o trágica de una historia.
En 2007 fue llevado a la gran pantalla un guión de la escritora Diablo Cody (pseudónimo de: Brook Busey-Hunt), quien fuera descubierta por Mason Novick, un productor de cine. Novick encontró el blog de Cody, le pareció divertido y lo estuvo leyendo durante seis meses, hasta que finalmente la contactó para proponerle que escribiera una película. El resultado fue Juno, encantadora comedia que narra las peripecias de una adolescente fuera de lo común, quien cierto día decide que tiene ganas de perder su virginidad, de tal acto le queda, como efecto secundario, un embarazo.
En la vida no todo es tragedia y es refrescante encontrar una cinta que lo refleje, sin necesidad de echar mano de recursos artificiales. Juno (Ellen Page), la protagonista, tiene 16 años, pero su madurez es sorprendente, ella habla con desenfado, es mordaz, directa y tiene otras virtudes, pero también actúa de acuerdo a su edad. Cuando descubre que está embarazada evalúa las posibilidades, incluyendo la de abortar, finalmente decide que dará el niño en adopción, por lo que ella misma busca una pareja que pueda criar a su hijo.
Conforme avanza el filme, y al ritmo que su vientre crece, Juno experimenta cambios cualitativos en su forma de pensar, es un salto acelerado de niña a mujer; en donde, a pesar de su madurez, descubre muchas otras cosas de la vida, incluyendo que llegado el momento le tocará ser madre.
No se trata de un título realizado para crear polémica, lo que se muestra es que hay otras formas de encontrar soluciones, sin llegar a traumas y tragedias; en ese sentido el planteamiento de los hechos es audaz, porque en la vida real es inconcebible deshacerse de un hijo con tal facilidad, y cualquier situación por el estilo provoca rechazo, más en sociedades conservadoras.
La actuación de Ellen Page es impresionante, con toda naturalidad, ella se sumerge en su papel y dota de gran humanidad a Juno, aquí cabe la expresión: es como que si el papel hubiera sido escrito para ella. El tono de voz, la expresión facial, la forma de caminar, son elementos que destacan en la construcción de su personaje.
El elenco lo completan: Michael Cera es Bleeker, el padre de la criatura; Su porte desgarbado, su rostro confundido, su amor de adolescente, tienen credibilidad, es el complemento ideal para Page. Jennifer Garner es Vanessa Loring, la madre adoptiva; es sorprendente lo bien que actúa, aquí se demuestra que un director con talento puede lograr que un actor dé lo mejor de sí. Allison Janey es Bren, la madrastra de Juno; J.K. Simmons es Mac, el padre; ambos hacen gran trabajo en sus papeles.
Juno, dirigida por Jason Reitman (el mismo de Gracias por fumar), es la puesta en escena de un guión excelente, con personajes bien elaborados, diálogos inteligentes, tremendas actuaciones; hay que destacar, además, la música y el vestuario, de este último se puede decir que la escogencia de los colores es magnífica. Quizá peca de ser demasiado optimista, pero es muy recomendable.
Se puede ver estos días por Cinecanal.
Calificación 9/10
Si una pareja logra planificar un embarazo, en todos los sentidos, incluyendo la parte económica, para garantizar el bienestar del nuevo ser; tal evento debería ser motivo de enorme felicidad; sin embargo, en la vida real pocas veces se logra.
Cuando un embarazo inesperado le sucede a una pareja de adolescentes, los problemas son mayores. Se involucran los padres, hermanos, tíos, hasta abuelos; y la suma de todas las opiniones adultas no llegan a generar una correcta solución.
El cine ha tocado el tema, pero casi siempre se va por el lado dramático. No son pocos los filmes que buscan calar hondo en la sensibilidad, a fuerza de presentar la parte oscura o trágica de una historia.
En 2007 fue llevado a la gran pantalla un guión de la escritora Diablo Cody (pseudónimo de: Brook Busey-Hunt), quien fuera descubierta por Mason Novick, un productor de cine. Novick encontró el blog de Cody, le pareció divertido y lo estuvo leyendo durante seis meses, hasta que finalmente la contactó para proponerle que escribiera una película. El resultado fue Juno, encantadora comedia que narra las peripecias de una adolescente fuera de lo común, quien cierto día decide que tiene ganas de perder su virginidad, de tal acto le queda, como efecto secundario, un embarazo.
En la vida no todo es tragedia y es refrescante encontrar una cinta que lo refleje, sin necesidad de echar mano de recursos artificiales. Juno (Ellen Page), la protagonista, tiene 16 años, pero su madurez es sorprendente, ella habla con desenfado, es mordaz, directa y tiene otras virtudes, pero también actúa de acuerdo a su edad. Cuando descubre que está embarazada evalúa las posibilidades, incluyendo la de abortar, finalmente decide que dará el niño en adopción, por lo que ella misma busca una pareja que pueda criar a su hijo.
Conforme avanza el filme, y al ritmo que su vientre crece, Juno experimenta cambios cualitativos en su forma de pensar, es un salto acelerado de niña a mujer; en donde, a pesar de su madurez, descubre muchas otras cosas de la vida, incluyendo que llegado el momento le tocará ser madre.
No se trata de un título realizado para crear polémica, lo que se muestra es que hay otras formas de encontrar soluciones, sin llegar a traumas y tragedias; en ese sentido el planteamiento de los hechos es audaz, porque en la vida real es inconcebible deshacerse de un hijo con tal facilidad, y cualquier situación por el estilo provoca rechazo, más en sociedades conservadoras.
La actuación de Ellen Page es impresionante, con toda naturalidad, ella se sumerge en su papel y dota de gran humanidad a Juno, aquí cabe la expresión: es como que si el papel hubiera sido escrito para ella. El tono de voz, la expresión facial, la forma de caminar, son elementos que destacan en la construcción de su personaje.
El elenco lo completan: Michael Cera es Bleeker, el padre de la criatura; Su porte desgarbado, su rostro confundido, su amor de adolescente, tienen credibilidad, es el complemento ideal para Page. Jennifer Garner es Vanessa Loring, la madre adoptiva; es sorprendente lo bien que actúa, aquí se demuestra que un director con talento puede lograr que un actor dé lo mejor de sí. Allison Janey es Bren, la madrastra de Juno; J.K. Simmons es Mac, el padre; ambos hacen gran trabajo en sus papeles.
Juno, dirigida por Jason Reitman (el mismo de Gracias por fumar), es la puesta en escena de un guión excelente, con personajes bien elaborados, diálogos inteligentes, tremendas actuaciones; hay que destacar, además, la música y el vestuario, de este último se puede decir que la escogencia de los colores es magnífica. Quizá peca de ser demasiado optimista, pero es muy recomendable.
Se puede ver estos días por Cinecanal.
Calificación 9/10