El 28 de noviembre de 2014, como escribí una vez, se fue parte mi niñez con la partida de Chespirito.
Ayer, 1 de noviembre de 2020, se fue una parte de mi niñez, de mi adolescencia y de mi adultez. Todo junto, con la partida de Mario.
Y es que desde que yo tenía aproximadamente 10 años (alla por mediados de los 80s), su voz acompañaba todas las mañanas. Más de 30 años de mañanas de Mario y el Lito, es prácticamente casi toda la vida de la que me acuerdo.
Desde hoy, las mañanas nunca volverán a hacer iguales. Gracias por tanto y vuela alto Marito!
ψ DC