Cuando uno visita los países Bálticos, aunque lo haga en verano, no espera que haya grandes playas e incluso ni piensa en bañarse. Pero es una barrera mental que superamos y nos entregamos al sol y tranquilidad de una de las ciudades costeras mejores del país, Jurmala. Se trata de una ciudad muy cercana a la capital, y espor ello que se nota que fue una de esas ciudades balneario de las clases altas del país en tiempos soviéticos y anteriores, puesto que hay mucha y muy interesante arquitectura de veraneo muy cerca de la costa.
Pero lo primero es mostrar las imágenes tan idílicas de una playa poco urbanizada, al contrario que las españolas mediterráneas (imag0102), puesto que es una gran franja longitudinal de tierra frente al mar y tras ella, una gran zona de árboles, que hace de colchón verde entre la costa y las edificaciones. Allí pudimos degustar en los puestos de la playa, algunas muy buenas cervezas locales, y pasamos unas horas al sol, que en un viaje como éste, se agradece bastante.
Pero sin lugar a dudas, la mayor sorpresa de nuestra visita a Jurmala, fue la arquitectura encontrada, desde un palacio de principios de siglo, que se llama la Casa Verde (imag03), hasta grandes edificios de arquitectura moderna y apartamentos que quedan diseminados entre el verde y la ciudad (imag04) este no fue el único ejemplo de edificio de interés que vimos por allí en nuestras horas de paseo, pero si el más destacado.
Aunque esta no es la única gran ciudad de costa que hay que conocer en este país, puesto que se nos quedó en el cuaderno de viaje acercarnos a Liepaja, es todo lo que pudimos hacer en tan pocos días como disponíamos para cada país Báltico, es por ello que recomendamos a cualquier viajero que tenga más días en Letonia, que la segunda ciudad costera más elevante, hay que conocerla!