Revista Opinión

Justicia inmanente

Publicado el 15 octubre 2011 por Romanas
Justicia inmanente
El otro día, hablando yo, por aquí, de no sé qué, decía que no creía en la filosofía ni en la ciencia, que sólo lo hacía en la poesía.Mi arco de bóveda se apoya en 2 poetas absolutamente antagónicos, mientras uno nos hablaba del olor a sudor de los trabajadores oriholanos que van y vienen del tajo, el otro murió de un infección que contrajo pinchándose con la espina de una rosa.Para tocar al hombre, para sentirlo en nuestra propia entraña, para vivir con él en cualquier momento, en cualquier circunstancia, Miguel Hernández, a quien aprendí a querer aún más montando recitales de sus poemas con Miguel Feliu, en Radio Popular de Alicante.Para bucear en los arcanos de la espiritualidad del hombre, para saber qué pasa por esas regiones a las que muchos de nosotros no llegaremos nunca, Rainer María Rilke, “¿quién, si yo gritara, me escucharía entre las jerarquías de los ángeles?, todo ángel es horroroso”. Como es lógico, a Rilke no lo leo nunca en alemán porque no lo entendería, de modo que pierdo, lo sé, la gran textura de su hermoso lenguaje.De Rilke es una de las frases que más me ha marcado, “toda vida es vivida, toda existencia tiene su secreto”, con ella, este genio increíble comprendió y explicó lo que más me asombra a mí de nuestra vida, de la de todos nosotros.Si supiéramos mirarla con los ojos adecuados, comprobaríamos que todos y cada uno de nosotros tiene una vida no sólo peculiar sino completa, dicho de otro modo mucho más moderno, si un buen guionista de cine se acercara a nosotros seguro que encontraba la manera de hace una buena película, que a lo peor era de la extrema sencillez de la que inició el neorrealismo italiano, “Ladrón de bicicletas”.Y todo esto porque me han hecho llegar la noticia del cierre del chat de Saco.Lo he dicho también ya varias veces, creo en una justicia inmanente, una justicia que está ínsita en la propia naturaleza de las cosas.Esta idea, pienso, es la que realmente me ha impedido coger una bomba, a ser posible atómica, y prenderle fuego a este asqueroso mundo, porque mi sentido de la justicia vital me impediría seguir viviendo.Durante mucho años, Hitler fue un dios para los alemanes, ahora sabemos ciertamente que fue un pobre diablo loco, que sufría mucho más que cualquier otro hombre como consecuencia de sus disgustos históricos. A Aznar, la vida parece que le sonríe, cada día obtiene un nuevo y millonario empleo, pero, cada noche, cuando se acuesta, afronta el terrible problema: si tienen razón todos esos que lo consideran un criminal de guerra.Saco parecía el más feliz de los hombres, era, y no en sentido figurado, un verdadero dios para sus esmirriados acólitos, que le adoraban porque les permitía ir a su chat, todos los días, y participar de esa ínfima divinidad de exhibir sus miserias en público, porque el ser humano es tan esencialmente soberbio que considera, como una Belén Esteban cualquiera, que sus miserias son en sí mismas grandiosas y goza exhibiéndolas.Pero el cuento de hadas acabó. Saco ha recobrado su verdadera dimensión, la de un pobre hombre que ha logrado extraer a sus habilidades profesionales de periodista, un rendimiento tan extraordinario que ha concluido por aplastarle.No ha sabido gestionar su éxito, no ha sabido ser la Belén Esteban de los chats interneteros y un éxito tan inmerecido, por eso hablo de justicia inmanente, ha acabado por devorarlo y han sido sus últimas criaturas, Malditos Bastados y Carmen54, las que han provocado su caída.Los gestores supremos de Mediapro no son tontos ni unos irresponsables. Público es su banderín de enganche y no podían tolerar que un calumniador impenitente y una profesional convicta y confesa de la prostitución fueran sus representantes morales “erga omnes”, si no por otra cosa, por aquello de que la mujer del César no sólo debe de ser honrada sino también parecerlo.Hace algunos meses, advirtieron a Saco que aquel no era el camino. Y él llamó al orden a ambos furibundos sujetos que ya se cargaron el blog de Elisa Serna y que han vuelto a repetir la jugada. Ahora, parece que ellos asumen la cruda realidad, si quieren seguir asombrando al mundo con sus estridentes e inmorales  exhibiciones, tendrán que pagarse los gastos, de modo que uno habla de inaugurar una web 2.0 y la otra ofrece a sus contertulios una que ya tiene en propiedad y que no quiso clausurar previendo posibles acontecimientos adversos.Sí, señores, claro que hay una justicia inmanente, claro que, como nos decía Rilke, cada vida es vivida, toda existencia tiene su secreto. Sólo que hay que saberlo ver. Y, si no, que se lo pregunten a Saco.


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