Hasta el pasado enero, cuando lo eligieron presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), Jesús María Barrientos, que ejercía en la Audiencia de Barcelona y es miembro de la asociación moderada de jueces Francisco de Victoria, defendía sin dudas la actual la Constitución y era hostil al separatismo.
Logró los 12 votos de los vocales supuestamente conservadores de los 21 del gobierno de los jueces, el Consejo General del Poder Judicial, (CGPJ), frente a los nueve de su antecesor desde 2010 y candidato a repetir, el filonacionalista Miguel Ángel Gimeno Jubero.
Aragonés fronterizo con Cataluña, donde ejerció toda su carrera profesional, Gimeno fue portavoz de la izquierdista Jueces para la Democracia.
Jesús María Barrientos ha cambiado: ahora se muestra tan comprensivo con el nacionalismo que este fin de semana recomendó en una entrevista “la adecuación constitucional a alguna de las demandas que desde la sociedad catalana muy mayoritariamente se están planteando”.
Más aún, pidió “un nuevo marco que diseñe el encaje para Cataluña en la organización del Estado”.
El antes estricto defensor de la Constitución, que supone la igualdad entre todos los españoles, se ha ablandado, quizás porque en el Tribunal que preside hay mayoría de jueces nacionalistas y/o izquierdistas.
Entre ellos, y en las principales salas penal y civil, una tercera parte son supuestos “juristas de reconocido prestigio” propuestos al CGPJ por el Parlamento catalán, el mismo que consiguió poner en esa institución al gánster Luis Pacual Estevill.
Por esa razón los TS regionales actúan por intereses endogámicos y sin coherencia: una infanta y numerosos dirigentes políticos procesados por otras partes de España, pero en Cataluña, ni uno solo de sus numerosos corruptos o levantiscos anticonstitucionalistas y perjuros conoce el banquillo.
No es justicia, es política, empezando con el Consejo tan politizado y que obedece a los partidos y a las asociaciones ideologizadas.
Siempre hay algo peor: Podemos ha advertido que quiere controlar totalmente el Consejo y los Tribunales Superiores, para hacernos como en Venezuela, chavenizarnos.
Los podemitas enseñaron a mentir y a manipular la justicia en el país americano al servicio del régimen.
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