Llevo varios días muy mosqueado, hasta el punto de que he preferido no escribir porque cada vez que me ponía delante del Word, sólo me salían palabras mal sonantes y he preferido contar hasta diez.
Me parece una verdadera tomadura de pelo, por ser correcto en mi lenguaje, los hechos judiciales que estas últimas semanas nos han sobresaltado de nuestros quehaceres al escucharlos por los medios de comunicación.
Es indignante, bochornoso, vergonzoso e insultante que Francisco Camps y Ricardo Costa salgan indemnes de un delito ampliamente probado en multitud de pruebas documentales y no sólo eso, sino que dos miembros del consistorio valenciano muy cercanos a Camps, se declararon por voluntad propia culpables hace ya unas fechas, por el mismo delito.
Es vox populi que Betoret y Campos, hicieron de avanzadilla para que Camps y Costa no fueran los primeros en declararse culpables y que en ningún momento dejaron de declararse culpables porque pensaran que no lo fueran; si no lo hicieron, fue simplemente porque uno no se fiaba del otro y al final se rajaron los dos. Incluso Betoret declaró tras conocer la decisión del jurado con camps y Costa "Como siempre, a pagar los platos pocarropa"; a buen entendedor...
Pero claro, la fiscalía aceptó que al ex “molt honorable” lo juzgara un jurado popular formado por ciudadanos en la ciudad donde 7 de cada 10 valencianos que votan, eligen la opción popular en sus papeletas. No hace falta ser muy lumbreras para saber que el juicio a Camps ha sido un paripé sin precedentes y que debería de avergonzar a todo jurista que se precie de serlo.
Después de todo el dinero saqueado en la C. Valenciana en Gürtel, brugal, emarsa y compañía; que el cabecilla e implicado en todas las tramas salga indemne, es un insulto a la inteligencia de los valencianos y demuestra lo poquito que le importamos los ciudadanos a los miembros de la casta.
Pero estos días, no sólo se ha demostrado que la justicia valenciana no es de fiar, sino que tampoco lo es la española. Mientras el corrupto indultado cual ninot de falla, pero no por ello menos corrupto y estafador, pide que le devuelvan su honorabilidad, a 350 kilómetros de valencia, se lincha públicamente al único juez que tuvo el coraje y la valentía de plantar cara a los corruptos que manchan la imagen de España con el vergonzoso silencio de los miembros del PSOE, lo que deja otra muestra más de que #PPSOE andan juntitos y cogidos de la mano por la senda de la corrupción y la mentira al ciudadano.
El juez Garzón, un hombre que ha demostrado un arrojo digno de admirar, está siendo lapidado con juicios entrelazados, que intentan manchar la impecable hoja de servicio de un juez como no hay dos en España. Los mismos que le aplaudieron mil veces cuando luchaba con tesón contra el terrorismo, ahora intentan vilipendiarlo en cuanto ha intentado desmontar el tinglado de corruptelas que los políticos poderosos tienen montado a espaldas nuestras. Y todo eso, con la repugnante complicidad de aquellos jueces que se sienten inferiores ante la intachable destreza judicial de Garzón y que están aprovechando la única ocasión que tendrán para apartarlo de la abogacía nacional y así no sentirse vulgares.
El trabajo conjunto entre políticos corruptos y jueces fascistas, puede dar como resultado la extravagante y asquerosa paradoja de que el juez que luchó contra la corrupción en España, sea la primera y única víctima del caso Gürtel.
Y es que “Spain is different” y una vez más se ha demostrado. Mientras Islandia encarcela a los políticos y banqueros que especularon con el dinero público y engañaron a los ciudadanos, en España poco más y los beatificamos.
El drama de la “no culpabilidad” de Camps no es sólo el hecho en si, sino que ha creado un precedente peligrosísimo para que los políticos españoles puedan delinquir tranquilamente pues saben que luego, la justicia española les perdonará todos sus pecados.
Visto lo visto, que no nos extrañe que Jaume Matas salga indemne de toda la estafa balear, que la infanta no sea imputada o que Iñaki Urdangarín sea el próximo Premio Nobel de Economía.
El circo continúa!