Justicia y Humanidad

La justicia (¿?) no deja de sorprenderme un día sí y otro también. El caso Garzón es todo un ejemplo de arbitrariedad, con claros tintes de intencionalidad política, al igual que la situación generada en relación con el Tribunal Constitucional y el Estatut de Catalunya. Ahora le toca el turno a la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que ha decidido recurrir la libertad bajo fianza del ex secretario general de LAB, Rafa Díez Usabiaga, promovida por el propio Baltasar Garzón, al entender éste que, en virtud de la Ley de Dependencia, debía atender a su madre enferma.

Sostiene la Fiscalía de la Audiencia Nacional que existe riesgo de fuga y de reiteración delictiva, y afirma que el argumento esgrimido para su salida de la cárcel ha sido “artificiosamente construido”. Es cierto que siempre he pensado que no había razones fundadas para el ingreso en prisión de Rafa Díaz Usabiga, pero creo que las hay aún menos para pensar que pueda huir del Estado español y pasar a la clandestinidad.  El ex secretario general de LAB representa hoy el sentir mayoritario de la izquierda abertzale, que apuesta precisamente por la superación de la violencia y la defensa de las vías exclusivamente políticas y democráticas. 

 Díaz Usabiaga está en libertad bajo fianza de 30.000 euros, debe comparecer dos veces por semana ante el juzgado y tiene prohibido salir del país y participar en actos políticos. La decisión adoptada por Baltasar Garzón responde a razones humanitarias, contempladas en la legislación vigente, y su aplicación constituye un derecho legítimo de todas las personas presas. El ex secretario general de LAB está procesado, junto a Arnaldo Otegui y otros seis dirigentes de la izquierda abertzale, por un presunto intento de reconstrucción de Batasuna. Personalmente, creo que quienes reivindican el fin de la violencia en este mundo son quienes más voz deben tener para contribuir a la desaparición de ETA. Así ha sido en todos los procesos de paz y diálogo abiertos en el mundo.