Revista Opinión

¿Justifica el fin los medios?

Publicado el 30 enero 2015 por Polikracia @polikracia

La tortura es una violación grave de los derechos humanos, que sobre el papel está estrictamente prohibida por las leyes internacionales. El uso de la tortura ataca el mismo centro de las libertades civiles y políticas.

La tortura fue uno de los primeros temas tratados por las Naciones Unidas y a pesar de ello, hoy en día lamentablemente aun muchos países siguen sin prohibirla. Una de las primeras medidas tomadas, fue el hecho de abolir el castigo corporal en los territorios coloniales en 1949. Las leyes internacionales prohíben hoy en día la tortura y otros tratos inhumanos y degradantes, que son inaceptables bajo cualquier circunstancia.

A pesar de estar fuera de la ley, la tortura sigue practicándose en numerosos países, incluso en aquellos que están supuestamente desarrollados culturalmente como por ejemplo EEUU, que sigue siendo sospechoso de usar métodos inhumanos en algunas de sus audiencias policiales.  Cárceles como las de Guantánamo donde presos acusados de terrorismo son retenidos por largos periodos de tiempo sin juicio son, entre otras, las razones por las que se sospecha de EEUU.

Un informe de Amnistía Internacional de 2001, subrayó el uso de la tortura por 140 Estados entre 1997 y 2001, y encontró que cada año miles de perpetradores pegan, violan y electrocutan a otros seres humanos.

Las definiciones de tortura varían ligeramente, sin embargo el concepto generalmente cubre cualquier acto que:

  • causa dolor o sufrimiento severo
  • se realiza para obtener información o una confesión, castigar un acto que él/ella o una tercera persona ha cometido o es sospechoso de haber cometido, o para intimidar o coaccionar a esa persona o a una tercera persona , o por cualquier razón está basado en discriminación de cualquier tipo; y
  • se realiza instigado por, o con el consentimiento o aquiescencia de un funcionario público u otra persona actuando en el ejercicio de funciones públicas.

A lo largo de la historia numerosas personas han defendido el uso de la tortura. Nicolás Maquiavelo, como es bien conocido, era de la opinión que el fin justifica los medios aunque por otro lado Platón creían que era peor “hacer mal” que “sufrir el mal”.

Sin embargo como ya he mencionado antes, hoy en día existen muchos países en los que la tortura no está prohibida e incluso esta tolerada, como por ejemplo Corea del Norte, pero… ¿justifica el fin los medios? ¿Qué pasaría si se pudiese evitar un mal mayor con un mal menor?

Si se hiciese una encuesta, la mayoría de las personas estarían en contra de la tortura o de cualquier acto inhumano, sin embargo cuando se trata de evitar males peores o de venganza muchas personas cambian significativamente de opinión.

En 1971 el general Jacques Massu, jefe del ejército francés que actuó en la guerra de Argelia, publicó un libro de memorias titulado “La verdadera batalla de Argel” en el cual el autor justifica el empleo de la tortura en Argelia en base a las circunstancias del momento y a que la necesidad militar la imponía.

La justificación legal del uso de la tortura por los regímenes que la practican, se basa principalmente en la figura de la anulación de toda protección jurídica del detenido. En el caso de detenidos acusados de terrorismo o actividades políticas subversivas, como es el caso de muchas dictaduras históricas o actuales o en el de la actuación de algunos ejércitos en guerras vigentes, el razonamiento sigue varios puntos.

En EEUU el razonamiento jurídico se basa en el hecho de que la doctrina fundacional de la Agencia Central de Inteligencia de los EEUU y su ejército en el extranjero no establece control judicial ni parlamentario de sus operaciones ya que éstas se limitan a territorios extranjeros y no afectan a ciudadanos norteamericanos. Si no resultan afectadas personas estadounidenses por sus operaciones en el extranjero, la CIA no tiene limitación normativa estricta alguna. Así, en el escenario de una guerra o revuelta en un país cualquiera, el estado de excepción impuesto por el estado anfitrión en su propio territorio da cobertura para que cualquier fuerza armada invasora pueda operar sin atascarse en problemas judiciales.

Desde los terribles atentados de las torre gemelas en 2001, EEUU ha sido acusada de usar métodos inhumanos en algunas audiencias policiales o militares, incluso hace unos meses el Propio Presidente del Gobierno aseguró que se habían cruzado los limites durante las interrogaciones del 11-S.

En mi opinión la tortura debería estar prohibida y ser sancionada adecuadamente en todas sus formas. Naciones Unidas debería ser más exigente con el cumplimiento de las normas y presionar a aquellos gobiernos que la aprueban o la consienten para que la ilegalicen.

Creo que no debe ser relevante el hecho de que se puede evitar un mal peor, porque como ha sido demostrado a lo largo del tiempo las confesiones no son fiables si no son resultado del sufrimiento de la víctima. Es de vital importancia saber que la tortura no es solo física, métodos como las descargas eléctricas o las amenazas a familiares y allegados tienen consecuencias mentales que pueden derivar a la locura y las personas pueden quedar marcadas de por vida. Por ultimo, tenemos que ser conscientes de que las torturas no son solo lo que se conoce por las películas o los periódicos, actos más “comunes” como mobbing  ya son en si imperdonables y producen mucho sufrimiento.


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