Justin Bieber

Dicen que es cantante, pero no pasa de ser un mero producto comercial que vende discos e imagen; no tiene cualidades específicas que lo diferencien de otros miles de muchachos de su edad, capaces de entonar los gorgoritos como la estrella mediática, pero sin el apoyo publicitario de este adolescente mal criado. Inútil para todo lo que no sea figurar en los medios, se salta las leyes y las normas sociales a la torera con la prebenda de su popularidad. Estados Unidos no es como España, país en el que un mal torero pide indultos al gobierno por su condición, para tratar de evitar la entrada en prisión; más allá del Atlántico se andan con pocos miramientos y cualquiera puede acabar con sus huesos en el calabozo si incumple la legislación vigente. Al señorito Bieber lo cazaron compitiendo ilegalmente con un Lamborghini y terminó entre rejas ficha policial incluida. Pero no nos engañenos; Justin Bieber no es un completo inútil, al menos nos sirve a todos de mal ejemplo.