Revista Cultura y Ocio

Justine o las desgracias de la virtud. D. A. F. de Sade

Por Mientrasleo @MientrasleoS

Justine o las desgracias de la virtud. D. A. F. de Sade
     "La obra maestra de la filosofía sería desplegar los medios de que se vale la Providencia para alcanzar los fines que se propone sobre el hombre, y trazar, a partir de ellos, algunos planes de conducta que puedan dar a conocer a ese desdichado bípedo de qué manera debe avanzar en el camino lleno de esperanzas de la vida a fin de prevenir los extravagantes caprichos de esa fatalidad a la que se da veinte nombres distintos, sin haber llegado todavía a conocerla ni a definirla."
     Sade fue un hombre de vida convulsa, marcada por los escándalos, la prisión y mucha leyenda negra sobre lo que realmente hizo o dejó de hacer. Sin embargo más allá de sus correrías sexuales con amantes y prostitutas, también sufrió en sus carnes el poder de su suegra (a la sazón, madre de una esposa que le vino impuesta), por lo que no es de extrañar que el poder marcara también su obra. Hoy traigo a mi estantería virtual, Justine o las desgracias de la virtud.
     Conocemos a Justine junto a su hermana cuando ambas se quedan huérfanas. De familia acomodada, no tardan en sufrir el primer revés cuando las monjas las expulsan al acabarse el dinero sin preocuparles demasiado que no tengan a dónde ir. A partir de este comienzo, iremos conociendo a Justine, marcada por una moralidad intachable, y la vileza de quienes se cruzan con ella, que no dudan en hacer de su existencia un camino de tortura y desdicha.
     Sigue apareciendo media sonrisa y algún prejuicio frente al tipo de lectura cuando se nombra a Sade como si su obra se limitara a una simple enumeración de aventuras sexuales sin mucho sentido, cuando ya debería de quedarnos claro que no es así. De hecho, si fuera posible que no lo es, me gustaría saber qué parte resultó más escandalosa para quienes en su época leyeron este libro de una forma pausada y crítica: si esas prácticas que explica o el reflejo de una sociedad de clase media alta, podrida y corrompida por su propio poder. Porque sí es cierto que Justine se ve sometida a todo tipo de castigos y vejaciones, pero también lo es que sin el elemento del poder o el dinero, la obra no tendría sentido. Justine no es castigada de una forma proporcional, ni por saldar una deuda aunque de ahí parta la excusa en algunos momentos, su castigo va un paso más allá porque es el poder y la certeza de que el monstruo que la somete va a quedar impune lo que realmente puede resultar aterrador. Sade habla de una sociedad podrida en la que la moral se ha relajado y determinados estratos sociales pueden campar a sus anchas. Esa sociedad en la que el poder permite esos privilegios, en la que las humillaciones a quienes no "son ellos" quedan impunes, es la que nos va mostrando página a página en esa suerte de descenso a los infiernos que parecen situarse en un sótano, de la protagonista. Una mujer que procura regirse por sus valores, mantener una dignidad en un mundo en el que la perversión recibe más premio que la virtud. Y es en este momento en el que el lector acaricia la palabra corrupción y profundiza en la lectura pensando en el momento en que se publicó y el escándalo que suscitó. Y da un paso más y piensa en la sociedad actual... y sin alejarnos de las diferencias entre Justine y su hermana Juliette, lo hacemos de la parte sexual y reflexionamos sobre esa corrupción a todos los niveles: sobre esa atrofia de valores que relaciona su autor directamente con el dinero y el poder.
     Justine o las desgracias de la virtud es un libro con un contenido erótico imposible de no citar, pero quedarnos en ello sería perdernos lo importante. Sade nos habla de dinero, sexo y violencia, en un entorno que va mucho más allá de lo que relata. Por eso hay libros que merece la pena leerlos de primera mano, por las sorpresas que podemos encontrarnos durante su lectura. Muchas veces, por no decir todas, lo importante se encuentra entre líneas. Y eso no lo puede contar nadie, porque esa lectura es diferente para cada lector.
     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
     Gracias.
   

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