Todas las grandes batallas navales de la Historia han sido decisivas:
Aboukir (1798), Trafalgar (1805), Cavite (1898), Cuba (1898), Tsushima (1905), etc. significaron un curso de los acaecimientos guerreros, indicado por el resultado del combate.
Dos batallas, empero, escapan a esta regla y son, precisamente, las de mayor envergadura de sus épocas respectivas: Lepanto (1571) y Jutlandia o Skagerrak (1916).
Porque la batalla de Jutlandia (31 de mayo 1916) fue eso: un choque brutal en el que 151 buques británicos e irlandeses, capaces de disparar, solamente con sus piezas superiores a los 280mm de calibre, un peso de 392.000 libras de forma simultánea, y que hicieron con tales cañones 4.598 disparos durante el combate, se batieron con 99 alemanes.
La Grand Fleet al mando del almirante Jellicoe, salió de Scapa Flow y Cromarty, Escocia. Dentro de ella, en la 2.ª Escuadra de Acorazados, se encontraba el buque irlandés Erin.
Asimismo, el comandante alemán del Elbing merece ser mencionado por su acto de caballerosidad; sabía que en el agua estaban los hombres del destructor irlandés Tipperary hundido a su vista y hubo de disparar numerosos cañonazos aun a riesgo de atraer sobre su crucero zozobrante la respuesta de los ingleses, hasta lograr que los enemigos acudiesen a salvar a sus compañeros en trance de ahogarse.
- Buques perdidos en Jutlandia (31 de mayo 1916):
Británicos: 112.450 toneladas hundidas, repartidas entre 14 buques, entre ellos el Tipperary.
Alemanes: 59.610 toneladas hundidas, repartidas entre 11 buques.
Fuente:
- "Historia naval de la Gran Guerra (1914-1918)", de Mateo Mille.
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