Revista Libros
Franz Kafka.El castillo.Traducción de Miguel Sáenz.Alianza editorial. Madrid, 2013.
Junto con El proceso, esta es una de las novelas fundamentales de Kafka, quizá también la más compleja en su entramado simbólico. La peripecia del agrimensor que llega a la aldea que está al pie del inaccesible castillo plantea una alegoría de la frustración y la autoridad, de la absurda e impalcable máquina burocrática que aniquila al individuo.
Como siempre en Kafka al fondo está el padre, la búsqueda y el problema de la identidad, la construcción de un objetivo vital. Desorientado y perplejo, como los protagonistas kafkianos, esperanzado a veces, K. acaba asumiendo el fracaso de sus proyectos. Si es evidente el parentesco entre El castillo y El proceso también es palmario el contraste entre las actitudes de sus protagonista: Josef K. se planteaba la huida imposible de un enredo burocrático y judicial, en El castillo,por el contrario, K. el agrimensor intenta integrarse en esa maquinaria inaccesible del poder. Eso sí, el resultado es igual de frustrante en las dos novelas, que comparten también la misma atmósfera opresiva y absurda.
Inconclusa y póstuma, fue una de las obras que Kafka encargó destruir a su amigo y albacea Max Brod, que la publicó en 1926. La espléndida traducción de Miguel Sáenz es un incentivo añadido para acercarse a una novela que contiene todo el universo literario de Kafka.
Santos Domínguez